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Tarjeta roja para el juez Makintach: fue separado del juicio por la muerte de Maradona

La jueza Julieta Makintach se separó del juicio por la muerte de Diego Maradona después de revelar que, clandestinamente, permitió la entrada de cámaras para obtener un registro audiovisual del proceso judicial que luego se comercializaría como un documental. El escándalo abrió un debate sobre los límites entre la justicia, la exposición pública y el espectáculo en uno de los juicios más de los medios en los últimos años.

La continuidad de Makintach en el proceso fue irreversiblemente complicada cuando se suponía que había celebrado reuniones con un productor audiovisual interesado en registrar imágenes del juicio y su producción posterior.

La controversia no radica en el hecho de registrar el juicio en sí mismo, algo que en algunos países se promueve como una herramienta de transparencia institucional, sino en el papel que Makintach pretendía ocupar. En lugar de mantenerse fuera del enfoque público, según lo dictado por el principio de imparcialidad judicial, su figura parecía vinculada a la propia historia del proceso, como podría verificarse en un video que la prensa transmitió.

La periodista Luciana Bertoia analizó el caso en el programa “De El Canil”, donde dijo que el juez, inmediatamente después de que fue acusada “, dijo que no tenía nada que ver con el guión documental”, pero un remolque filtrado demostró lo contrario. Precisamente en términos del guión, la frase presenta en su carta: “Mira la cámara, toma algunos archivos (…)”, líneas que, como se comentó en el programa, coincide con las acciones que el juez realizó metódicamente dentro de la corte, es decir, actuando para la cámara que siguió sus movimientos.

Después de la partida de Makintach, la corte estaba compuesta por jueces Maximiliano Savarino, María Eugenia Izzeta y Federico Ecke.

Quién es Julieta Makintach, el juez “caliente” que aparece en los videos del documental del caso Maradona

La controversia abrió el debate sobre las complejas relaciones que actualmente se tejen entre la justicia, la investigación policial y el programa en el marco de una sociedad del programa donde prácticamente todo lo que sucede es probable que se comercialice como un producto.

En este sentido, en paralelo a la discusión penal por la muerte de la estrella del fútbol mundial, una controversia institucional sobre los límites éticos que deben respetarse en los tribunales, la defensa de la deontología legal de los abogados y los magistrados y el peligro de que los procesos judiciales se conviertan en productos de consumo de masas, donde la prominencia personal y la lógica del espectáculo tienen el potencial para superar la búsqueda de la justicia.

BR / FPT

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