La Corte Suprema brasileña sufrió hoy una división entre sus miembros que, tal vez no ahora, pero en el futuro, beneficiará al ex presidente Jair Bolsonaro. El político, de ultra derecho y detenido preventivamente en su casa, se juzga en estos días por delitos vinculados, en esencia, con un Golpe de estado contra Luiz Inácio Lula da Silva Primero prevenir su suposición y luego su continuidad en la cabeza del Palacio de Planalto.
Los dos primeros jueces de la Corte Suprema federal que fueron emitidas sobre el proceso esta semana, Alexandre de Moraes y Flavio Dino, votó a favor de condenar al “recluso”, junto con los 7 aliados que planearon el intento, entre el 16 de diciembre de 2022 y el 8 de enero de 2023. Pero el tercer magistrado, Luiz Fux, emitió hoy su voto negativo y solicitó la cancelación del juicio. El Ministro de la Carmen STF Lucia y Cristiano Zanin, quienes, en principio, estarían del lado de sus moraes y colegas de Dino. En ese caso, el ex presidente de la extrema derecha no se salvará de la prisión.
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Fux presentó razones de procedimiento judicial, declarar que el tribunal es “absolutamente incompetente” para liderar una acción penal contra Bolsonaro, dado que ya no ejerce una función pública y, por lo tanto, su juicio debe estar justificado en los tribunales de primera instancia y no en un “foro privilegiado”. Pero también agregó otro elemento, diciendo que el proceso debería caer en el plenario del STF que tiene 11 miembros, a diferencia del grupo “primera clase” que está integrado solo por 5 jueces.
Por sus propias declaraciones, Fux reveló su posición conceptual negativa sobre los crímenes en los que se enmarcan los acusados. Para él no había evidencia para verificar que se creara una organización criminal, como dijo: “No hay evidencia de que se unieran para formar una entidad autónoma”, con el objetivo de practicar varios crímenes.
También expresó contrario a calificar a otro de los crímenes del grupo de acusados como un golpe de estado e intentar abolir violentamente el estado democrático de derecho. Esta posición de Fux contrasta con una declaración previa del propio juez, cuando consideró que “cualquier hecho que tenga como objetivo destruir al estado democrático es absolutamente desagradable e inaceptable”.
Con el final planeado para el próximo viernes, según los especialistas, la tendencia es confirmar la condena del ex presidente y sus aliados (incluidos tres generales y un almirante). Todo indica que la discusión en las próximas horas debe pasar por cuántos años en la cárcel corresponde al cálculo.
La expectativa es que se establecen oraciones de entre 25 y 30 años de prisión. De todos modos, el castigo de cada uno de los acusados tendrá una evaluación particular.