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Semana caliente: el CGT se endurece antes de LLA con una marcha y una huelga general

El gobierno enfrentará otra semana calurosa en la calle gracias a una movilización convocada por el CGT para el 9 de abril, antes de la huelga general de 10. Un día que contará con el apoyo de otras plantas sindicales y movimientos sociales, y eso busca marcar a la corte para una parte gobernante en dos temas: salarios y jubilaciones.

La organización para que la llamada sea masiva e impactante, con más de 300 mil personas, dio su primer paso el jueves pasado a los 15. En una tabla representantes de las uniones de seguro, la salud, la UPCN, UOCRA, los camioneros, el vidrio, Utilyc y Smata se reunieron para definir los detalles logísticos y cómo las columnas se moverán, con un primer punto de reunión: Yrigoyen y Solís de los dos congresos y solicitan las mejoras en los recursos y solicitan las Retensiones y solicitan las Retensiones de las Retensiones y solicitan las Retensiones y solicitan los Retensiones de las Retensiones. Los adultos perciben.

Todavía hay un punto inútil que, evalúan en el CGT, tendrá una resolución en las próximas horas: ya sea o no oradores. En la rama independiente del Central, creen que los líderes sindicales, micrófonos en la mano y antes de la multitud, deben explicar las razones de la llamada, que tiene el respaldo de los movimientos sociales (como la clase y la corriente combativa y los territorios en la lucha), los partidos políticos y los dos CTA que se remiten al experto nacional de UXP, Hugo Yasky y Hugo “Godoy” Godoy. Otras pinturas sindicales, por el contrario, piensan que la presencia de discursos no es necesaria.

Estos no les gustan los autoritarios

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En el CTA de Godoy ya tienen dos definiciones: se reunirán en Rivadavia y Montevideo de 15 bajo un par de consignas: “En defensa de los jubilados y contra el FMI”. “Proponemos claramente que la confrontación con esta experiencia neofascista del gobierno es obligatoria para derrotarlo en el menor tiempo posible”, dijo el líder sindical en una de sus últimas apariciones públicas.

En relación con el marco del día, un miembro de la pequeña mesa cegetista imagina “un lugar completo” que será un mensaje para una fiesta gobernante que ven con pocas respuestas. Antes del perfil, una voz de peso establece que “el verano del gobierno termina” y que la situación económica, con el posible aumento de la inflación en los próximos meses, “será peor”.

Con ese telón de fondo, está convencido de que el Central de los Trabajadores tiene la oportunidad de canalizar el descontento social que, estiman, aumentará. En la calle Azarpardo, hace unos meses, señalaron lo contrario: que no había un escenario social para enfrentar una huelga. Andrés Rodríguez dijo públicamente que la cara del estado de UPCN y uno de los referentes del sindicalismo, más allá de eso siempre cuestionó el curso económico.

Pero el panorama cambió drásticamente por la fuerza de los despidos en el estado, un ajuste salarial a través del techo conjunto en las negociaciones entre los gremios y el empleador y la posibilidad latente de que la libertad avance una nueva reforma laboral que toca los intereses sindicales. En la Casa Rosada, un funcionario de alto riesgo afirma que los cambios que se introdujeron en la legislación laboral gracias a la ley de la base de baja intensidad “y que otros son necesarios. “La mitad de los trabajadores se encuentran en una situación de informalidad, por lo que no podemos continuar”, es la mirada del partido gobernante.

La frase llegó a los oídos de los Caciques de la Unión, quienes aunque cruzaron mensajes con miembros del gabinete, como Guillermo Francos, el jefe del gabinete de la nación, dejó en claro que hoy no hay posibilidad de que se encuentren con alguna imagen de la fiesta violeta.

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