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Ruta de seda: cómo China expande su poder geopolítico global

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El proyecto de infraestructura global conocido como la ruta moderna de la seda, relanzada en 2013 por Xi Jinping, tiene profundas raíces históricas, pero claramente objetivos contemporáneos. “Esta iniciativa, originalmente considerada como una red comercial que se conectó al este con Occidente, hoy representa un ambicioso plan geopolítico”, dijo Alberto Ruskolekier, en diálogo con el canal E.

Dos rutas, el mismo objetivo

Ruskolekier explicó que la ruta actual de la seda está compuesta de dos rastros: una tierra, que se une a Asia con Rusia y Europa; y otro mar, que conecta el Pacífico occidental con el indio, el Mediterráneo, África y América. “Para hacer que esto funcione, China invierte en puertos, carreteras y centrales. Es una estrategia de conectividad comercial a gran escala”, explicó.

Más de 145 países participan en el proyecto. Representan alrededor del 55% del PIB mundial. Cubre el 70% de la población mundial.

El avance geoeconómico de China

“El puerto de Shanghai, por ejemplo, mueve 35 millones de contenedores por año y opera alrededor de 2,000 barcos mensualmente”, dijo el analista. Pero advirtió que no se trata solo de comercio: “China también usa esta red como un instrumento geopolítico”.

Un caso emblemático es el de Sri Lanka: “Recibió un préstamo chino de 1.100 millones de dólares para construir un puerto, pero no generar ganancias, tuvo que dárselo a China durante 99 años. Perdió la soberanía”. Ruskolekier también mencionó proyectos similares en América Latina, como el puerto en Chancay, Perú, financiado por el gigante asiático.

Obstáculos marítimos y disputa global

Cuando se le preguntó sobre los recientes ataques de Huti en el Mar Rojo, el especialista explicó que “ese corredor es vital porque conecta al indio con el Mar Rojo, y desde allí hasta el Mediterráneo a través del Canal de Suez. Bloquearlo, como lo intentan con Evergreen o Sabotages recientes, hace costos y altos al comercio mundial”.

En ese contexto, la visita de Donald Trump al Golfo Pérsico también adquiere una nueva lectura. “Trump estuvo de acuerdo en que los hutis no atacarían los barcos estadounidenses, pero el acuerdo no incluía otras banderas. La presión estadounidense sobre China es permanente”, dijo.

El Canal de Panamá y la base en Tierra del Fuego

Ruskolekier recordó que Trump también cuestionó la presencia china en el Canal de Panamá: “Lo construyó y financió los Estados Unidos, luego se lo dio a Panamá, que hoy se la dio a una empresa china. No es gratis, sino simbólico”.

Sobre Argentina, advirtió: “Estados Unidos se siente incómodo con la presencia china. El intercambio por 20 mil millones de dólares es una forma de presión financiera. También hay un interés estadounidense en la instalación de una base militar en Tierra del Fuego”.

“La economía y la geopolítica no se pueden separar”

“La ruta de la seda es una clara muestra de geoeconomía: con medidas financieras, China busca expandir su poder. Pero por otro lado, Estados Unidos también responde. La disputa está abierta”, concluyó Ruskolekier.

La próxima charla, dijo el analista, se centrará en el proyecto frustrado de Puerto Chino en Tierra del Fuego y su relación con el escenario político actual de la provincia.