En el marco del ciclo de Ceotalks, una iniciativa de perfil conjunta y una visa que reúne los referentes de las principales compañías del país, Facundo Gómez Minujín, presidente de JP Morgan para Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, compartieron su mirada sobre el futuro y el futuro del Sector Finicial del Sector del Arteo, el Valor de Talent y el Valor de Talent y el Talent presente Argentina y el Futuro de la Corporación del Argente y el Talent de la Corporación, el Valor del Talent Continente y el Talent Panal de Argentina y el Talent de la Corporación del Argumento, el Valor del Talent y el Talent Panal de Argentina y el Talent de la Corsén presente y el Futuro de la Corporación del Argente y el Infacto de la Corsal. mundo. Este cuarto episodio muestra cómo la combinación entre experiencia, adaptación tecnológica y visión humana sigue siendo clave para liderar en tiempos de cambio.
“Soy una persona muy simple, transparente y feliz. Me gustan las cosas simples de la vida: deportes, lectura, cultura y también me gusta trabajar, algo que considero súper necesario”, se definió Facundo Gómez Minujín, empresario con una extensa carrera profesional, pero no pierde de vista lo esencial. “Yo también soy un hombre de familia. Me gusta pasar mucho tiempo con mis hijos”, agregó.
Estos no les gustan los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Es por eso que molesta a quienes creen que son los dueños de la verdad.
En una familia tan diversa, la creatividad y el pensamiento estructurado viven naturalmente. “Mi madre es una artista de plástico, muy reconocida, y en mi familia hay muchas otras con inclinaciones artísticas. Está mi primo segundo, Juan Minujín, que es actor y otros que hacen lámparas creativas o pintura. Al lado de los Minujín hay mucha creatividad. Para mi padre, excepto. Él era un economista”, dijo. Entre el arte de su madre y la lógica numérica de su padre, Minujín encontró su propio equilibrio.
-Perfil: tienes una trayectoria de muchos años en Argentina
-Gómez Minujín: Ingresé al mundo profesional como abogado, porque estudié derecho. Cuando terminé la escuela secundaria no estaba seguro de lo que quería hacer, así que, como muchos, fui a hacer una prueba vocacional. Me dieron tres opciones: arquitectura, periodismo y defensa. El que más me atrajo en ese momento fue la arquitectura, por ese lado creativo que siempre tuve. Pero en ese momento no había computadoras como ahora: todo se hizo a mano, desde los modelos hasta los planes en la clásica mesa de dibujo. Y yo era muy improvisada, por lo que el psicólogo que hizo la prueba aconsejó aconsejarme que continuara. Mira cómo una sugerencia puede influir, para bien o para mal, el curso de una persona. Tenía la duda entre el periodismo y la defensa. Pensé que si mañana quería ser periodista, tener un título de abogado, todavía abrí esa posibilidad. Por otro lado, si quería hacer ejercicio como abogado, el periodismo no me dio las herramientas legales necesarias. Por eso me incliné por la ley. De todos modos, nunca me dediqué a la parte difícil de la profesión: tribunales, juicios, todo lo que parece aterrador, no estoy interesado en lo más mínimo.
-Perfil: ¿Y cómo estuvo su carrera dentro del banco hasta que alcanza su posición actual?
-Gómez Minujín: En ese momento era muy consciente de la idea de las “profesiones liberales”, como la ley, que implicaba trabajar de forma independiente, sin jefes. Por lo tanto, cuando me ofrecieron ingresar a JP Morgan, acepté pensar solo un par de años para ganar experiencia, y luego irme. Pero la vida tomó otro curso: he estado 29 años. Lo que encontré fue mucho más enriquecedor y desafiante lo que imaginé. Aunque provino de un estudio legal donde se valoró la independencia, terminé eligiendo este camino … y no me arrepiento.
-Perfil: ¿Qué cosas piensas, cómo líder, puedes dejar el resto?
-Gómez Minujín: Después de tantos años en la compañía y en un país como Argentina, que vivía crisis después de la crisis, siento que pasé por todos: desde el tequila hasta 2001, el de 2008 y muchos más. Aunque fue estresante, también genera adrenalina: estar siempre resolver problemas te hace sentir parte de algo más grande. Pero si tengo que pensar en lo que dejo, diría que lo más importante fue haber promovido la creación del Centro Corporativo de Buenos Aires. Comenzamos desde cero, contratando algunos, y hoy somos 3.600 personas. Ver cómo eso generó oportunidades reales, en una institución global, es lo que más me da. Esa es la semilla que creo que me fui.
-Perfil: ¿Qué tarea específica desarrolla en ese centro?
-Gómez Minujín: en el centro trabajamos principalmente para los Estados Unidos. De las 3.600 personas, la mitad se centra en la tecnología: desarrollan sistemas, trabajan con inteligencia artificial, programación y mejoras de software. La otra mitad incluye analistas de crédito, abogados, alrededor de 240, que también hacen tareas para los EE. UU. El centro es como un supermercado de talento, con perfiles muy diversos. Y lo más interesante es el lugar que el talento argentino está ganando a nivel mundial. Creo que, en parte, tanta crisis nos capacitó para adaptarnos, y eso se refleja en la calidad profesional en todas las áreas.
-Profil: En tu papel como líder, ¿qué cosas crees que vas a cambiar?
-Gómez Minujín: Seguramente mi papel está cambiando, y continuarás haciéndolo cada vez más. Hoy, desde la forma en que escribe un correo electrónico o un memorando hasta cómo accede y procesa la información, todo está cruzado por inteligencia artificial. Le doy un ejemplo específico: en las evaluaciones de rendimiento, antes de leer uno por uno los comentarios que cada persona recibió de sus colegas. Ahora, esa retroalimentación se carga en un sistema de IA que lo consolida y me da un resumen claro, preciso y objetivo, que me sirve como base para hacer la evaluación. Es una herramienta que ahorra mucho tiempo y, al mismo tiempo, mejora la calidad del análisis. Y ese es solo un caso específico. Hay millones de tareas que ya están siendo afectadas por la IA, no solo en el sector financiero, sino también en áreas como la medicina. Y cuando la velocidad de procesamiento que traerá computadoras cuánticas, el cambio será aún más profundo.
En este punto de su carrera, los desafíos que lo motivan no son necesariamente profesionales, sino personales. “Trabajo tanto que a veces me pregunto qué no tendría el trabajo. Pero al mismo tiempo, si no lo tuviera, ¿qué haría?” Estos pendientes incluyen sueños simples y pospuestos, como conocer países que aún no han podido visitar o alentar diferentes experiencias, inspirados en historias cercanas: “Un conocido mío se está dando a través del mundo en un velero, y creo: ¿qué hice este año en comparación con eso?” También reconoció una pasión que nunca abandonó en absoluto: el arte. Durante años fue parte de Arteba, donde ejerció un papel gerencial y permanece vinculado a través del Consejo de Ex presidentes. “Es una institución muy querida. Aunque uno se aleja del papel formal, siempre participa”, dijo, y agrega a su madre y a su hermana como piezas clave en ese vínculo con el mundo cultural.
En cuanto a su rutina diaria, admitió que los días son largos pero soportables: “Trabajo durante muchas horas, pero con placer”. Comienza muy temprano, aprovechando al máximo las mañanas, y siente que su energía se está agotando como las baterías de una muñeca Duracell. Sin embargo, encontró un equilibrio necesario en el deporte, una actividad que considera terapéutica: “Es el único momento del día que no pienso en nada más. Ni pendientes ni en correos electrónicos, ni nada. La mente está limpia”. Ese equilibrio entre vocación, disfrute y desconexión parece ser hoy el verdadero desafío que lo impulsa.
Como un cierre del quinto episodio de Ceotalks, Gabriela Renaudo, gerente de país de Visa Argentina y Southern Cone, agregó dos preguntas para Gomez Minujín, invitándolo a pensar desde una perspectiva más personal. Reflexionando sobre su propio comienzo de carrera, Minujín aconsejó a Young “que tomara riesgos”. Y al revelar un objeto personal indispensable en sus viajes, sorprende con su mesa y vela de Kitesurf, una muestra de su espíritu aventurero y su búsqueda constante de nuevas experiencias.









