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¿Qué dice la queja reportada que nunca llegó a los tribunales?

Después de la orden de informar, impartida por Cardozo el 7 de junio, también se adoptó otra medida. Enviaron el neonatal al doctor Marcela Yanover, jefe de maternidad e infancia del ministerio; Ya el jefe de enfermería de la cartera, Genova Avila. Entrevistaron al personal y después de 20 días, es decir, el 28 de junio, ya tenían un informe completo que tuvo la siguiente conclusión.

“De lo anterior, se ha obtenido una primera conclusión, a pesar de las que surgen del desarrollo de la investigación administrativa.

1) Los mecanismos por los cuales los pacientes fallecidos y/o tuvieron que ser admitidos en UTIN (cuidados intensivos neonatales) son diversos, no pueden identificar un mecanismo único que desencadenó las pinturas, pero elementos en común: no existencia de la relación de diagnóstico con las características de la madre y el recién nacido (SIC).

2) Según los profesionales afectados en los días en que ocurrieron los eventos adversos, aunque la presencia de un agente particular que coincide con todas las fechas no funciona en el momento del presente, se infiere otros elementos. “

El mismo informe se encontró en la computadora de la neonatología del hospital, Marta Gómez Flores. Pero tenía un agregado en el punto 2 que decía: “Defina si se informa el nombre, de lo contrario redirigimos este párrafo”.

En ese momento, un grupo de trabajadores del hospital había recibido licencia. Entre ellos estaba la enfermera Brenda Agüero. Dado que se adoptó esa medida, que el propio Cardozo afirmó en la respuesta que dio a estos medios, los hechos cesaron. Todos volvieron al trabajo, excepto ella.

El informe se incorporó textualmente en el borrador de queja preparado por la abogada Mariana Figueroa, del equipo legal del Ministerio de Salud. Estaba listo el 28 de junio de 2022, cuando la investigación administrativa comenzó formalmente. Es la denuncia penal que no apareció.

En el juicio, Figueroa dijo que el mismo día el documento transmitido por WhatsApp al Secretario de Salud, Carvajal, y al abogado neonatal, Salama Escudero.

La “denuncia penal de fórmula” fue el encabezado. Luego, quien firmó la queja fue la directora del hospital, Liliana Asís.

Como cualquier queja penal, comenzó a describir los “hechos”. Informó una serie de “inconsistencias en la evolución de los pacientes neonatales”. Definió la línea de tiempo, los días en que se produjeron cada uno de los 13 eventos, las características de las madres y sus hijos, adjuntas fotos de los niños en terapia intensiva, de lesiones en la piel, narraron la secuencia de sospechas que se habían descartado como descartado de vitamina K, mordeduras de insectos, efectos de la vacuna contra las covides y por qué se habían descartado.

Un punto indicó lo siguiente: “Lesiones intencionales: en la investigación”. Hubo la principal sospecha de las autoridades. Las razones médicas descartadas que explicarán las muertes y el resto de las hipótesis descritas, el pensamiento recurrió a la intencionalidad, el crimen.

Ese documento, incorporado como evidencia, no llegó a los tribunales. Solo el 4 de julio, una persona externa, indirectamente vinculada al neonatal, fue a denunciar que hubo muertes sospechosas en el hospital. Era el ingeniero Francisco Luperi, esposo de un médico del hospital.

El ex Secretario de Salud, Pablo Carvajal, dijo que el contenido del informe lo llevó a la oficina del fiscal, pero eso sucedió más tarde, cuando el fiscal de la investigación ya había lanzado la investigación.

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