Presentan “New Güemes”, un proyecto de renovación urbana con inversión de USD 1.520 millones

Un consorcio de 45 desarrolladores privados planea intervenir un área degradada de Barrio Güemes, en Córdoba Capital, con el objetivo de revitalizarlo a través de un ambicioso proyecto de renovación urbana. La propuesta cubre 30 hectáreas ubicadas entre Vélez Sársfield y La Cañada Avenue, e incluye la construcción de torres residenciales, oficinas, espacios culturales y áreas públicas, con un tercio de la tierra para parques y áreas verdes.
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La iniciativa se presentó durante el cierre de la proyección de Córdoba 2025 y actualmente está en proceso de análisis técnico y revisión normativa, junto con el municipio y otras instituciones. Es una intervención que busca revertir la lógica del crecimiento hacia la periferia, apostando, en cambio, para una densificación sostenible en áreas ya consolidadas.
El plan urbano fue diseñado por el estudio MRA+A, dirigido por el arquitecto Fernando Sabatini, a pedido de la Cámara de Desarrollo Urbano de Córdoba (CEDUC). Se estima una inversión total de 1,520 millones de dólares, que se ejecutará durante un período de ocho años, con un impacto esperado de $ 1,824 millones en el producto interno bruto de la ciudad. Además, la creación de unos 14 mil empleos, tanto directos como indirectos.
Entre las obras planificadas se encuentra una conexión de carretera estratégica que vinculará la rotonda de Plaza de Las Américas con la avenida Julio A. Roca, así como una intervención hidráulica y paisajística en el canal de La Cañada, dirigida a integrar este corredor en el sistema espacial público de la ciudad.
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El área seleccionada para el proyecto, llamada informalmente “Güemes Sur”, se caracteriza hoy por su deterioro urbano, los altos niveles de inseguridad y una alta proporción de bienes raíces para la venta, que según las encuestas del sector privado, alcanza entre el 70% y el 80% del total.
El modelo de desarrollo busca activar un proceso de regeneración progresivo, a través de una combinación de ventas voluntarias y permanencia de vecinos, sin expropiaciones. “El que no quiere vender puede quedarse. Es parte de la lógica del proyecto”, dijo Lucas Salim, una referencia del sector. El enfoque contempla escenarios flexibles: de aquellos que eligen reubicarse, hasta aquellos que deciden integrar el nuevo entorno.
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¿Cómo será?
Desde el punto de vista arquitectónico, el plan propone un diseño urbano que no sea vecindarios como Nueva Córdoba. En lugar de grandes bloques cerrados, se elevan agrupaciones con perímetros libres, alturas variables y espacios verdes intermedios para favorecer la ventilación cruzada, la iluminación natural y la mejor calidad ambiental. También se busca una apertura hacia el espacio público, con largos accesos de fluido y visual.
Uno de los mayores desafíos del proyecto es su implementación en un área ya habitada, con usos consolidados. Por lo tanto, se plantea como un proceso gradual, con diferentes niveles de progreso y la posibilidad de incorporar actores privados de otras provincias, lo que permitiría acelerar la ejecución.
Entre los beneficios esperados se encuentran la mejora de la seguridad urbana, la recuperación de la tela del vecindario y la generación de nuevas viviendas y oportunidades económicas. A largo plazo, se proyecta una calidad de vida más integrada, activa y mejor.