En una semana marcada por los intentos oficiales de contener la inflación, el prepago se unió a la lista de actores económicos que moderarán sus aumentos después de una reunión en el Ministerio de Salud. Aunque los avisos enviados a los afiliados hace días que se prevé aumenta entre 3.5% y 3.9% para mayo, ese ajuste se revisará a la baja en las próximas horas, según fuentes del sector y el gobierno nacional.
La solicitud surgió de una reunión encabezada por la viceministra Cecilia Loccisano y la Jefe de Gabinete del Ministerio de Salud, Roberto Olivieri, donde participaron representantes de las nueve compañías principales del sector. La reunión fue cordial, pero con propuestas directas: las autoridades solicitaron que los aumentos reflejen más fidelidad el índice de inflación del campo de salud, que en marzo fue solo del 1.8%, muy por debajo del IPC general (3.7%).
La mayoría de las empresas respondieron afirmativamente al reclamo y comenzarán a enviar cartas de rectificación al lunes. Algunos señalaron que, si ya facturaron los valores iniciales, aplicarán una nota de crédito o descuento en junio. En promedio, los aumentos corregidos oscilarán entre 2.5% y 2.7%.
¿Por qué renunciar a los prepagas: incentivos y señales?
Detrás del gesto conciliatorio de las empresas hay razones de peso. El primero: la reciente eliminación del “costo” de las contribuciones a las obras sociales, que ahora alcanzan prepagos para los afiliados desregulados. El segundo: la estabilidad de intercambio inicial del nuevo régimen de flotación, que trajo cierto alivio en un sector expuesto al dólar.
Las compañías también interpretaron el orden como parte de un nuevo tono en la relación con el ejecutivo. “Venimos de la guerra y ahora acompañamos”, resumió uno de los participantes de la reunión. Esta distensión incluye la promesa de mantener un diálogo abierto para monitorear los costos del sistema de salud y evitar medidas unilaterales, como las que en el pasado derivaron de cruces judiciales tensos.
De la superintendencia de los servicios de salud, representados por Claudio Stivelman y Juan José Picón, se planteó la preocupación por los criterios de actualización. El enfoque estaba en los pesos utilizados por los prepagos, que incluirían artículos que no están vinculados a la actividad, como la ropa o la educación. El gobierno dejó en claro que estos componentes deberían excluirse de las proyecciones para evitar distorsiones.
Una negociación que va más allá del ajuste puntual
Aunque el recorte del aumento planeado para mayo fue el tema central, también se discutió cómo continuar con las actualizaciones mensuales para el segundo semestre. Del gobierno permitieron trascender que el control sobre la evolución del precio de los medicamentos, que en marzo aumentó por debajo del IPC general, será una herramienta para mantener la solicitud de moderación arancelaria.
El sector, por otro lado, coloca en la tabla dos condiciones para continuar con el patrón de aumentos por debajo de la inflación: que se mantiene la estabilidad del dólar y que el costo de las entradas y servicios básicos no se desencadena. A su vez, expresaron su preocupación por una posible reapertura de la paridad en la Unión de Salud, lo que aumentaría la presión sobre sus estructuras de costos.
Según las empresas, la disminución en el aumento de las cuotas no necesariamente se sentirá de inmediato. Algunos ya han emitido las facturas con los valores anteriores, por lo que la compensación se aplicaría en junio. Sin embargo, lo que importa para el gobierno es el índice que informará indec: si se reduce el promedio sectorial, el IPC de abril reflejaría una desaceleración de inflación mayor de lo esperado.
El impacto político y económico
La medida es parte del marco de una ofensiva más amplia del ejecutivo para alinear las expectativas de los precios después de las acciones. Para los contratiempos parciales de los prepagos, se agregan los rechazos de los aumentos en los alimentos por grandes cadenas, el tweet del ministro Luis Caputo y el mensaje directo de la Casa Rosada a las principales empresas en el mercado.
Con la comida y la salud en el centro del escenario económico, el gobierno tiene como objetivo mostrar la capacidad de negociación sin apelar a los controles formales. Por ahora, el suma prepago a ese esquema, pero advierte que si los compromisos asumidos no se cumplen, la moderación podría tener un alcance corto.









