La exposición rural de Palermo fue una vez más la escena de un fuerte gesto político del presidente Javier Milei al campo. En un discurso con ovaciones recurrentes, el presidente anunció una disminución inmediata en las retenciones de las exportaciones de productos agrícolas clave: “A a la carne aviar y vacuna, se reducirá del 6.75% al 5%; al maíz del 12% al 9.5%; al Sorghum del 12% al 9.5%; al flujo de sol de 7,5% a 5.5%; Soy -by -PRODUCTS DEL 31% ALECHO. Esta reducción permanecerá “mientras esté en el gobierno” y prometió continuar con el camino hacia la eliminación total.
“La casta apretó el sector más próspero del país durante años”, se desencadenó Milei, con una carga ideológica que no esquivó el eje central del problema: retenciones como el apoyo del excedente fiscal.
“Un alivio, pero con poco sabor”. Para Gonzalo Agusto, economista de la Bolsa de Correos de Córdoba, la reducción representa un incentivo importante, especialmente para cultivos como el maíz y la soja, que tienen una alta participación en la producción provincial. “En la soja, por ejemplo, estamos hablando de $ 25 por tonelada adicional para el productor”, dijo. En el caso del maíz, la mejora es de alrededor de 7 u 8 dólares por tonelada.
Sin embargo, Agusto pone en contexto: “Es una mejora interesante, pero no resuelve el problema subyacente. La rentabilidad permanece ajustada porque los precios internacionales son bajos y los costos locales siguen siendo altos”. Incluso con la reducción, muchos productores apenas salen del punto de equilibrio.
Además, comentó que este nivel de retenciones es el mismo que a fines de junio, cuando una disminución temporal había generado un rebote en las ventas externas, que luego se detuvo al regresar al nivel anterior. “Ahora que se establece como permanente, puede volver a nombrar el mercado nuevamente, pero el incentivo sigue siendo moderado”, advirtió.
Una política con “falta de conocimiento del campo”. Desde una mirada más crítica, Nérstor Roulet, productor agrícola y ex secretario de valor agregado del Ministerio de Agronegocios, describió la estrategia del gobierno como errática. “Lo que hicieron antes fue un desastre. La disminución temporal de las retenciones obligó a los productores a vender antes del 30 de junio. 400 millones de dólares del productor fueron transferidos a la industria”, dijo.
Roulet consideró que el nuevo anuncio, aunque bien recibido, llega tarde y con una magnitud insuficiente: “Es como robarle un poco menos. El propio presidente dijo en su discurso: las retenciones son un robo. Y ahora nos están robando un 26% en lugar del 33%”.
Según sus cálculos, la reducción representa aproximadamente $ 22 por tonelada para el productor de soya, pero la ganancia es relativa: “Ese dinero no se pierde, se reinvierte en tecnología, en maquinaria, en la economía de los pueblos del interior. Pero no es suficiente revertir una rentabilidad que sigue siendo muy baja o incluso negativa en algunos casos”.
Roulet también cuestionó que el campo es el único sector en el que cae el ajuste fiscal: “No puede ser que el excedente fiscal sea sostenido solo por la agricultura. Debe buscar otras alternativas. Que contribuyen más actores. Hoy el estado toma muchos dólares por hectárea. ¿No puede ceder más?”
Impacto en Córdoba y proyecciones
Ambos consultados estuvieron de acuerdo en que Córdoba es una de las provincias más beneficiadas por la medida, pero también una de las más afectadas por el sistema de retenciones. Según Roulet, el Agro Córdoba dejará de contribuir entre 250 y 300 millones de dólares por los derechos de exportación, aunque la nación aún recauda alrededor de US $ 2.8 mil millones anuales de la provincia.
“La reducción es bienvenida, pero todavía hay un largo camino por recorrer. Nuestros competidores internacionales no tienen retenciones. Y si queremos estar en igualdad de condiciones, estos impuestos deben eliminarse por completo”, insistió Agusto.
Además, advirtió sobre la posibilidad de que la dinámica se detenga si el progreso no se consolida en el equilibrio fiscal: “Cada punto bajo costará mucho. Si el gobierno se aferra al excedente que no se negocia, es probable que el siguiente paso llegue solo en muchos meses”.
Ganado: la decepción más notoria
Uno de los sectores que esperaba un gesto más contundente era el del ganado. “La disminución del 6,75% al 5% para la carne de vacuna es muy pequeña”, dijo Roulet. “Estaba hablando de una reducción más agresiva y al final fue muy marginal. Terminó sopesando más el discurso que el cambio real”, dijo.
A su vez, mencionó que, aunque hay una “carrera” de que el sector podría ser el protagonista de futuras ventas, no hay definiciones concretas: “Milei dijo en su discurso que esperan hasta mediados del próximo año. Es decir, no esperemos las noticias de inmediato”.
Mientras el campo celebra con Mable, la mirada a largo plazo sigue siendo pesimista en ciertos sectores. La promesa de eliminación total de las retenciones genera expectativas, pero también escepticismo. El gobierno debe demostrar que tiene la voluntad y los recursos fiscales para avanzar en esa dirección.
La lectura que permanece, tanto desde la perspectiva técnica y productiva, es que la medida es positiva pero limitada. Como Roulet resumió: “Me quedo con esa sensación que sí. Estaba esperando un poco más. Nos respiran, pero continuamos con el agua alrededor del cuello”.