Macri va por votos de larreta: cree que el 70% son amarillas

En el Laboratorio Electoral del Pro que hoy administra el gurú catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, manejan encuestas de opinión pública de todo tipo y color: cuantitativo, cualitativo y con perfiles de votantes de cada candidato.
En este contexto, una hipótesis de trabajo durante las últimas dos semanas de campaña, que ya se pudo ver en estos días, es acelerar la idea de que Horacio Rodríguez Larreta no pertenece al Pro y que “traicionó” al partido que lo ayudó a ser jefe del gabinete de Buenos Aires y luego el jefe de gobierno durante 16 años, agregó las dos posiciones.
El catalán transmitido a la pequeña mesa del profesional, y Mauricio Macri directamente, que en los números maneja, siete de cada diez posibles votantes de Larreta son votos que podrían inclinarse, en las últimas horas, a la votación que encabezó Silvia Lospenato y Hernán Lombardi.
Estos no les gustan los autoritarios
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“Hay un votante que no sabe que Horacio no va con la lista profesional y, confundido, lo elige. Es por eso que uno de los objetivos es tratar de recuperar a ese votante que, aunque está enojado con la gerencia, continúa valorando el profesional y su historia, explica uno de los estrategas de campaña amarillas para perfilar.
Aunque la política no es matemática, en todas las encuestas en Balcarce, la sede del partido, cuanto más crece la figura de Larreta es a expensas de la lista amarilla. Y viceversa: cuando aparece con un solo dígito y aproximadamente seis puntos, la boleta profesional crece y puede exceder los 20 puntos. Como todas las ciencias sociales, y dada la atomización de los candidatos y, sobre todo, que los vecinos están lejos de la campaña, todos esos números tienen matices. Pero la conclusión sigue siendo la misma para Gutiérrez-Rubí: llevar el apodo amarillo a Larreta como un eje central en el último tramo de la campaña.
A esto se agrega un problema personal: el ex presidente, así como la gerente de campaña, María Eugenia Vidal (amigo personal, además, de Larreta), tomó la candidatura del ex jefe de gobierno como una ruptura de la historia de su partido y con el enlace personal que habían construido con él.
A diferencia de Patricia Bullrich, quien llegó al profesional en 2015, Larreta fue uno de los padres fundadores para el primer cambio: fue un candidato para el vicepresidente del gobierno de Buenos Aires en 2003 cuando Macri se clasificó por primera vez en la política partidista, y luego el Pro Classic.
En el campamento larretista lo aceptan: muchos de sus posibles votantes son del profesional. Por lo tanto, tal vez, en el discurso del ex jefe de gobierno no hay críticas al partido, sino a la gestión de la ciudad. Y demoler las críticas: de “opacidad” y la relación con las empresas que brindan servicios públicos, tema en el que Jorge Telerman, quinto en la boleta electoral, explica con una sonrisa sarcástica, hasta que, en los próximos días, una frase muy dura de Larreta: “No es lo mismo trabajar de seis a nueve que de nine a seis”.
Sin embargo, los cruces en las redes sociales y en los medios de comunicación se agregaron esta semana como nunca antes. Y todo fue coronado con un escrete de larreta en Villa 31 (ver por separado) para el cual un nombre ya trascendió: la persona a cargo del territorio de la campaña, César “Tuta” Torres, Secretario de Gobierno. En Uspallata lo negaron categóricamente. Lo que no renuncian es que Torres genera ruido permanente en el Pro. Al menos en estos días cambiaron el reloj, y el nuevo no parece valorado en euros.