Lázaro Báez condenado por la Corte Suprema por lavar

La Corte Suprema de Justicia confirmó el miércoles la condena contra Lázaro Báez por lavado de dinero en la conocida ruta de dinero K, el caso que lo involucra directamente con el desvío de fondos públicos a través del trabajo en carretera. El empresario vinculado al kirchnerismo fue declarado culpable de lavar casi 55 millones de dólares entre 2010 y 2013 utilizando construciones austral, una empresa que obtuvo más de 50 licitaciones estatales plagadas de irregularidades.
La resolución de la firma judicial más alta una sentencia que había sido reducida por la Cámara de Casación de 12 a 10 años de prisión. Para emitir el fallo, el tribunal convocó a dos conjuntos para los desafíos anteriores, y Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti, Mariano Lozano y Luis Ramón González. Carlos Rosenkrantz votó en disidencia y solicitó que el caso pasara por el enjuiciamiento general de la nación.
La estructura de lavado detrás de las construciones austral
El fallo reveló un mecanismo complejo para la expatriación y la repatriación del capital que permitió a Báez y sus familiares convertir el dinero público en activos privados, con la apariencia de legalidad. Las maniobras incluyeron transacciones internacionales, uso de compañías de pantalla, compra de bonos y simulación de inversiones fiduciarias extranjeras.
Según lo determinado por la justicia, entre 2004 y 2015, los activos de Báez crecieron en un 12,127 %, mientras que las construciones australes aumentaron su capital en un 45,313 %. Durante el período investigado, se detectó la adquisición de más de 1,400 propiedades para un valor estimado en 205 millones de dólares.
La condena también llegó a sus hijos
Además de Báez, la sentencia afectó a varios miembros de su familia. Martín Báez, inicialmente sentenciado a nueve años, terminó con una penalización de seis años y medio. Leandro Báez pasó de cinco a tres años de prisión. En cambio, Luciana y Melina Báez finalmente fueron absueltos.
En todos los casos, el tribunal ratificó la confiscación de bienes por más de 330 millones de dólares, incluidas las empresas del sur y el aire superior, utilizados como instrumentos para lavar el dinero desviado de las obras públicas.
Cristina Kirchner, fuera del juicio pero aún se cargó
La presidenta Cristina Kirchner no fue parte del juicio que resultó en la condena a Báez, pero su situación procesal aún está en vigor. Aunque el juez Sebastián Casanello y la oficina del fiscal habían emitido su despido, una ONG logró revertir esa decisión cuando se constituyó como demandante. La investigación está en la etapa de instrucción.
Hace media hora, nuestros abogados presentaron una queja ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación porque el Tribunal de Casación de Macrista rechazó la apelación extraordinaria presentada contra su fallo sin responder o tratar
– Cristina Kirchner (@cfkargentina) 31 de marzo de 2025
El tribunal, en otra resolución sin disidentes, rechazó los recursos presentados por la defensa del ex presidente contra la reapertura del caso y las acciones de los jueces intermedios, considerando que no era una sentencia final.
El “Rosadita” y el Circuito Millonario Million Blanqueo
Uno de los elementos centrales de la investigación fue el SGI financiero, mejor conocido como “La Rosadita”, donde se registraron las famosas imágenes de Martín Báez y otros miembros que contaban millones en efectivo. Según la sentencia, comenzó el circuito de lavado: el dinero se depositó en bancos internacionales con bajos controles fiscales en nombre de empresas extranjeras, y luego se reintrodució en el país mediante la compra de bonos.
El destino final siempre fue el mismo: construciones australes. La operación se disfrazó de una inversión multimillonaria de una empresa fiduciaria suiza que adquirió acciones de la compañía, simulando una legalidad que el fallo ahora desmantela.
Un equipo de corrupción esencial K
El fallo de la corte reafirma lo que ya se había expuesto durante el juicio: Báez fue el enlace clave de una red que convirtió los fondos públicos en dinero negro a través de una ingeniería financiera diseñada para evitar controles fiscales. Todo esto ocurrió en el contexto de una relación directa y fluida con el poder político de esa época.
La confirmación de la condena representa un nuevo golpe judicial para el universo de Kirchner, en un momento en que otras causas relevantes también están bajo análisis de la corte más alta.