Francia amaneció el miércoles bajo una ola de protestas, disturbios y bloqueos que paralizaban las carreteras, las circunvalizaciones y los accesos a las principales ciudades del país, mientras que Sébastien Lecornu asumió formalmente la posición de primer ministro. El nuevo jefe de gobierno, nombrado por el presidente Emmanuel Macron después del despido de François Bayrou, enfrenta un auténtico “Bautismo de incendio” en su primer día en el cargo.
La magnitud de la operación de seguridad no se publicó: el Ministerio del Interior desplegó 80,000 policías y gendarmes, de los cuales 6,000 se concentraron en París. Según las cifras oficiales, 327 personas fueron arrestadas en las primeras horas del día, en medio de incidentes que incluían incendios, piquetes y enfrentamientos con fuerzas antidisturbios. Alrededor de 100 escuelas fueron afectadas, 27 de ellas completamente bloqueadas.
Estos no les gustan los autoritarios
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La protesta, impulsada bajo el lema “Bloqueamos todo”, surgió hace meses en las redes sociales y luego fue capitalizada por los sindicatos y organizaciones de izquierda. Su objetivo es detener el plan de ajuste del presupuesto que proporciona recortes para casi 44,000 millones de euros en 2026, una medida rechazada por sectores sociales amplios que denuncian una “destrucción del estado de bienestar” y un golpe a los sectores más vulnerables.
Los bloqueos se extendieron en todo el país: en París, las barricadas interrumpieron temporalmente el tráfico a accesos clave como la puerta de Bagnolet y la puerta de la Capela, generando embotellado en el bulevar Péripherique. En Rennes, Nantes, Lyon y Marsella también había cortes y represión policial, con gases lacrimógenos y arrestos masivos.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, atribuyó los incidentes a la influencia de “Ultra -Lft” y aseguró que la orden para las fuerzas de seguridad es “gran firmeza y reactividad” para evitar cualquier intento de bloquear. “En Francia existe el derecho de demostrar, pero con la condición de respetar la ley”, advirtió.
La crisis política agrega tensión al escenario. Lecornu, ex ministro de defensa y confianza de Macron, llega a Matignon después de la caída de Bayrou, quien perdió un voto de confianza en el parlamento después de su plan de déficit. Su suposición en las protestas masivas refuerza la percepción de un gobierno debilitado y cuestionado.
Francia en crisis: el parlamento desestimó al primer ministro François Bayrou y exigió la renuncia del presidente Emmanuel Macron
Huelga contra las reformas de Macron
Tres de los principales sindicatos de Francia: la Confederación General del Trabajo (CGT), la Confederación Democrática Francesa de Trabajo (CFDT) y la Fuerza Obrera (FO), anticiparon que el 18 de septiembre se llevará a cabo un nuevo día de huelga general con la adhesión de All Uniones, lo que podría escalar el conflicto social y prolongar la parálisis del país.
El 18 de septiembre, se llevará a cabo un nuevo día general de huelga con la adhesión de todos los sindicatos.
El futuro inmediato de Francia se juega entre la capacidad del ejecutivo para mantener su programa económico y la presión de un movimiento social que ha demostrado su poder de movilización. La comunidad internacional observa cuidadosamente cómo la inestabilidad política francesa amenaza con abrir un nuevo frente de incertidumbre en el corazón de Europa.
GD/ml