El escándalo que concluyó abruptamente con la última sesión de la Cámara de Diputados del miércoles dejó a la oposición (a pesar de sus enormes diferencias internas) pudo reunir una gran mayoría a favor de dos ubicaciones contra el diputado libertario José Luis Espert, jefe de la Comisión de Presupuesto.
Hubo dos votos que tenían 30 votos por encima de los 130 necesarios para lograr la mayoría. No implicaban la aprobación de dos proyectos de ley, sino de dos órdenes de “pronto oficina” para que la comisión que preside ya no pueda posponer el tratamiento de las iniciativas presentadas por la oposición para una nueva ley de financiamiento universitario y también para abordar los textos relacionados con la situación del Hospital Garrahan, entre ellos, la declaración de una emergencia pediátrica en el nivel nacional.
Los dos votos reflejan las dificultades que el arco de oposición tiene para desbloquear proyectos que el fallo quiere bloquear. Ahora Espert debe reunir su comisión el 8 de julio para discutir, junto con otros, los textos que el gobierno le pidió que se detuviera para evitar un nuevo veto sobre los problemas universitarios. Para las iniciativas educativas, la oposición logró 161 votos que incluían bloques de bloques que hasta ahora habían abordado las posiciones gubernamentales. Lo mismo sucedió con los temas pediátricos, donde los testamentos llegaron a 164, con los votos de la UCR, algunos de los profesionales e incluso con el apoyo de “radicales con peluca”, reunidos en la Liga del Interior, además de otras fuerzas, como el bloque de innovación federal. No solo fue un apoyo a problemas delicados en la época electoral, sino la primera demostración del desacuerdo acumulada por las fuerzas aliadas del gobierno.
Estos no les gustan los autoritarios
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Esos votos no solo cayeron mal en Casa Rosada, donde el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, culpó por no haber evitado la sesión. También incluye la incomodidad de los radicales y las fuerzas provinciales debido al fracaso de las negociaciones electorales que los dejaron fuera de la marca de los avances por la libertad. Sin embargo, los antecedentes de la nueva ofensiva que viene comenzó a cocinar en el Consejo Federal de Inversión, donde los 23 gobernadores y el jefe del gobierno de Buenos Aires decidieron concluir la etapa de las negociaciones económicas con la Casa Rosada y, especialmente, con el ministro coordinador Guillermo Francos.
Los comportamientos que sorprendieron en la Cámara Baja y lo rompieron los cálculos de los gobernantes son motorizados por esos líderes, de todos los pelos, que decidieron hacer que Rigor sintiera el gobierno. Los apoyos de apoyo fueron la anticipación de lo que sucedió este jueves en el Senado, donde se jugó el fallo continuando otras dos derrotas para el rosa. Los diputados ya aprobaron un nuevo aumento de jubilación, la extensión de la moratoria de la pensión durante dos años y una emergencia nacional en dispatibilidad. La vicepresidenta Victoria Villarruel pospuso el tratamiento, pero este jueves no impidió que los miembros del oponente en la Comisión de Presupuesto se reunieran sin la presencia de su presidente, el libertario Ezequiel Pentauche. El resultado fue que el peronismo, la UCR e incluso el larretismo lograron reunirse y dar opinión a esos textos para ser tratados la próxima semana. Lo contrario es la segunda parte de un plan definido por los gobernadores de todas las orientaciones políticas para llevar al sitio del Senado dos proyectos que reflejan el final de una etapa de negociación: ahora buscarán forzar por ley al gobierno para distribuir las contribuciones del tesoro nacional y la recaudación del impuesto sobre los combustibles líquidos que no han sido destinados al mantenimiento de las rutas nacionales.
Es la primera vez que todos los senadores actúan a pedido de los líderes de todas las orientaciones y que levantaron la vara con la nación, hasta el punto de que, al menos por ahora, solo puede resolverse en el Senado, donde Villarruel permitió un debate con el que también mantiene acuerdos silenciosos que se aceleran aún más al gobierno.
Abrovaya luchará por la casa baja
En un acto celebrado este jueves en Querandí, en el corazón de San Telmo, Sergio Abravaya presentó su candidatura para el Diputado Nacional para la Ciudad para las elecciones de octubre. Acompañado por líderes, militantes y referentes del Partido Gen, Abrevaya se posicionó como el referente de Margarita Stolbizer en la capital federal. Abravaya es presidente del Partido Gen, fue legislador de la ciudad de Buenos Aires 8 años. El espacio busca agregar aliados. Es por eso que asistió la diputada nacional Paula Oliveto a través de un video y de. Martín Ocampo, presidente de la Porteña de UCR. “El centro político no es una indefinición, es una decisión. Es el espacio donde aún se puede pensar en los acuerdos”, dijo.