La oposición en el Senado se prepara para dar un nuevo golpe legislativo al gobierno. En medio de la crisis política generada por el escándalo de los audios de presuntos Coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) y después de varias derrotas parlamentarias, los bloques no alineados con el avance de la libertad de progreso con un proyecto que busca limitar el uso de los decretos de necesidad y urgencia (DNU).
La iniciativa, que ya ha obtenido la opinión de la Comisión, propone que un decreto solo puede discutir un solo tema para evitar la acumulación de medidas heterogéneas, como sucedió con el DNU 70/23, con 366 artículos, que el Senado rechazó y los diputados mantienen sin tratamiento. Además, establece que cada DNU debe ser aprobada por la Cámara Baja y el Senado y establecer un período de 90 días de su publicación en la Gaceta Oficial para ser tratado. Terminado esa vez, se derogará automáticamente.
Otro punto clave del proyecto es que, si se rechaza un decreto, el poder ejecutivo puede no dictar otro sobre el mismo asunto durante el mismo período parlamentario. La medida busca cerrar el margen de maniobra que Javier Milei tiene hoy para mantener sus disposiciones en vigor con el apoyo parcial de una sola cámara.
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Una política de política en el Congreso
El debate legislativo es parte de un escenario político adverso para el fallo. La oposición logró articular mayorías en diferentes sesiones, detuvo los decretos delegados en agencias estatales como carreteras y avanzó con proyectos como la ley de financiamiento de la universidad o la emergencia pediátrica, que ahora esperan una definición contra posibles vetos presidenciales.
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La opinión mayoritaria de la Comisión de Asuntos Constitucionales fue firmada por los referentes de la UCR, el Pro, Unidad Federal y Kirchnerismo. El único bloque que no acompañó fue la libertad, lo que acusa a la oposición de querer condicionar el gobierno de Milei en la campaña electoral completa.
El as bajo la manga de Milei: el veto presidencial
Paralelamente, la atención también se colocará en los plazos de los vetos presidenciales. El presidente tiene diez días hábiles para definir si las leyes ya sancionadas, como la co -participación de los avances del Tesoro Nacional (ATN), el de financiamiento universitario y la emergencia pediátrica. Cualquiera de ellos podría unirse a la agenda de la oposición en la sesión prevista para la primera semana de septiembre.
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Con este escenario, la estrategia de oposición tiene como objetivo establecer límites específicos a la DNU y consolidar un bloque de potencia capaz de acondicionar la agenda parlamentaria. Para el partido gobernante, por otro lado, es un nuevo frente de conflicto que amenaza con debilitar aún más su capacidad para maniobrar en el Congreso.
DCQ