El viernes pasado la audiencia convocada por el Comisión Interamericana de Derechos Humanos (IACHR) Solicitados por los abogados penales Jorge Cardozo y Francisco Lavisse para discutir el uso abusivo, según ellos, de detención preventiva en Córdoba. Argumentaron que en las cárceles de Córdoba hay más procesados que condenados. El representante de TSJ refutó la declaración y remitió la última estadística: el 66% de la población carcelaria en Córdoba ya tiene una sentencia.
El otro eje de las preguntas fue la aplicación de la figura penal de la Asociación Ilícita para justificar el encarcelamiento. El argumento de los abogados recibió la réplica del fiscal general adjunto, Betina Croppi, presente en la audiencia, quien dijo que en Córdoba la detención preventiva se resuelve por riesgo procesal y no por la imputación de una cifra penal.
Al mismo tiempo, ella pronunció esas palabras, resonaron en los tribunales los dichos viralizados de su par, Alejandro Pérez Moreno, también adjunto, el Fiscal General adjunto, que cuestionaron los cargos por la asociación ilícita e invitó en una charla académica para modificar el criterio. La postura opuesta.
Los dos eventos tuvieron un gran impacto en los tribunales y en los sectores de la prisión de Bouwer. El perfil Córdoba confirmó, a través de mensajes recibidos, una gran preocupación en los fiscales y la exultación entre algunos prisioneros.
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¿Qué discutió la audiencia de IACHR?
La reunión presidida por el comisionado José Luis Caballero Ochoa duró una hora y media exacta. Presentaron a los abogados que hicieron la presentación -Cardozo y Lavisse-, representantes del Estado Argentino, el Ministerio de Justicia de Córdoba, del Judiciario y la Oficina del Fiscal (MPF).
El hecho novedoso fue proporcionado por el Jefe de la Oficina de Derechos Humanos del Judicial, Wilfrido Pérez. Señaló que, según la encuesta del 30 de junio de 2025, en la provincia de Córdoba hay 15,600 detenidos, de los cuales solo el 44% están en enjuiciamiento, mientras que el 66% ya tiene una condena.
Los porcentajes son inversos para los que se tenían anteriormente, donde el 60%, más de la mitad, estaba con detención preventiva sin haber recibido una sentencia en un juicio.
La mecánica de la audiencia consistió en la exposición de las partes, cuestiones de comisionados y réplicas. Video completo.
Cruces y acusaciones fuertes
El primero en hablar fue Jorge Cardozo, como miembro del Grupo Pro Homine. Dijo que en Córdoba “hay miles de personas detenidas que sufren de hacinamiento”. Atacó a las políticas judiciales como juicios abreviados a aquellos que describió como “extorsión”, para “demostrar eficiencia contra las garantías de inocencia”.
“El principio de inocencia fue revertido, los acusados enfrentan decidir entre juicios abreviados o juicios orales con más condena; la inocencia no es una opción”, acusó.
Preguntó si las condiciones de detención anticipadas a los jueces y argumentaron que los magistrados deben adaptar la condena del acto de hechos; Para el acusado, la probabilidad de una multa que justifica la detención preventiva aumenta.
También señaló que el poder judicial “ofrece vehículos de alto gas antes de ser confiscados en un juicio justo de fiscales, sucursales legislativas y el poder ejecutivo”.
El abogado Francisco Lavisse siguió a quien citó como ejemplo la causa de la corrupción en el FPA, donde, como humanos, los agentes de policía fueron sentenciados en un juicio abreviado inicial. Sin medias tintas, denunció que los acusados “fueron coaccionados”. Y que el agente que recibió una mayor penalización como jefe de la Asociación Ilícita “cometió el pecado de defenderse” y agregó: “La justicia odia que se defiendan. La forma más fácil es obligarse a abreviarse”.
También acusó al Tribunal Superior de Justicia de posponiendo injustificadamente la reforma procesal aprobada en 2017 que establece que las prisiones preventivas deben ser resueltas por jueces, no los fiscales, y en las audiencias públicas.
Por su parte, Kevin Nielsen, del Comité Nacional para la Prevención de TorturaRatificó las preguntas sobre el número de detenidos en proceso y señaló que Córdoba tiene la tasa más alta en el país: 375.3 cada 100,000 habitantes, cuando el promedio nacional es 242.9.
En la audiencia se informó que hay trabajos para expandir la capacidad de alojamiento en el complejo Bouwer.
Las respuestas llegaron a la voz del jefe de la Oficina de Derechos Humanos que depende de la TSJ, Wilfrido Pérez, y la fiscal general adjunta, Betina Croppi.
El funcionario de la Oficina del Fiscal General dijo que en Córdoba la detención preventiva no se justifica al imputar el delito de la Asociación Ilícita; Está dictado cuando existe un riesgo de procedimiento causado por la incapación de la investigación o riesgo de que el acusado se escape.
En los juicios abreviados, plantó que se presenta como una extorsión. Explicó que “se procesa con el acuerdo anterior firmado por el fiscal con el abogado defensor; cuando se acuerda la multa, aparece ante el juez de garantías con la presencia del acusado”. Y enfatizó que “el juez le hace saber los términos del acuerdo, las consecuencias y consulta su consentimiento libre e informado; es sorprendente que esto concluya en una decisión de extorsión”, concluyó.
Como ya se dijo, Pérez proporcionó estadísticas sustancialmente diferentes de las planteadas en la presentación de los abogados. Además, reprendió la declaración de que el acusado terminó cediendo a la coerción de los fiscales. Indicó que no hay un enfoque en el TSJ que alude a la voluntad vicial de las personas condenadas en abreviado.
Luego, los proyectos que buscan ampliar la gama de soluciones a conflictos penales, como la justicia restaurativa, que buscan reparar el daño a las víctimas se expandieron.
Los funcionarios del Ministerio de Justicia de Córdoba se refirieron a la incorporación de anklers electrónicos como medidas alternativas para el confinamiento.
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Los comisionados también dejaron sus dudas
El público participó funcionarios del IACHR Arif Bulkan, Edgar Stuardo Ralón Orellana y Roberta Clarke.
Después de escuchar la primera ronda de exposiciones, quedaron varias preguntas:
¿Cuál es la tasa de hacinamiento en las cárceles de Córdoba?
¿Existe algún obstáculo legal o práctico que implique el uso de medidas alternativas?
¿Cuáles son las medidas alternativas para la detención preventiva y si los requisitos son fáciles de cumplir?
Bulkan fue sorprendente para que el poder judicial entregue a los fiscales a los funcionarios, antes de ser confiscados. Wilfrido Pérez explicó que son autos que no pueden ser devueltos a sus dueños por diferentes razones, como tener documentación apócrifa.
El Comisionado expresó su preocupación por la mención de que los jueces terminan confirmando las cárceles preventivas para salvaguardar el estado de posible compensación por arrestos arbitrarios.
Clark se profundizó sobre los aspectos recursivos de las prisiones preventivas y preguntó si existe una supervisión constitucional federal en la administración provincial de justicia. Pidió que se enviaran las respuestas por escrito.