La carta de renuncia que Manuel García Mansilla envió a Javier Milei

Después del rechazo del Senado a sus especificaciones, el juez Manuel García Mansilla, designado por decreto para integrar la Corte Suprema, renunció este lunes a cargo a través de una carta dirigida al propio presidente Javier Milei, en el que denunció el “problema institucional grave” por la falta de miembros en el tribunal más alto, mientras aseguraba que la casa superior se tomara el tiempo para tratar su nombramiento para el citas para “meres”.
El magistrado fue nombrado por el Decreto 137 del 26 de febrero de 2025, por lo que permaneció durante 40 días en el cargo. La semana pasada, sus especificaciones fueron rechazadas por 51 votos contra y 20 a favor en el Senado. Su nominación cosechó el sufragio negativo de los tres bloques de Kirchner y la mayor parte del radicalismo. Solo recibió el apoyo de los progresos de la libertad, algunos legisladores profesionales, dos radicales y algunos bloques provinciales aliados del gobierno nacional.
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En ese contexto, este lunes presentó una carta en la que, además de renunciar, basó su decisión inicial de ser parte de la corte más alta. “Acepté esa cita con la condena de que la falta de integración de la Corte Suprema era un problema institucional grave que requería una solución urgente”, dijo al comienzo de la carta a la que se accede.
En este sentido, argumentó que el tribunal ha estado operando desde el 29 de diciembre de 2024 con solo tres miembros, ya que una de las vacantes tenía “más de tres años”, una situación que consideraba “sorprendente” y que agravó la parálisis judicial. “Esta anomalía institucional había agregado una nueva vacante, que agravó aún más la situación y que, sin duda, también requería ser cubierta sin demoras”, justificó.
En ese sentido, dijo que es una creencia “errónea” de que la Corte Suprema puede funcionar con solo tres jueces: “Este es, claramente y claramente un espejo institucional que puede causar daños aún mayores que el que ya ha causado la demora en la integración de la Corte”. De esta manera, enumeró una serie de factores, comenzando que “la operación con conjosiones es el ideal”. A este respecto, dijo que los casos que se resuelven no están condicionados con “la cantidad y el ritmo” requerido por el tribunal o “con la coherencia técnica con la que se puede hacer cuando se integran”.
Según el magistrado, con el tiempo, esa demora no solo afecta el trabajo de la corte, sino también la vida de los ciudadanos que esperan una decisión judicial. “De la ilusión de creer que el Tribunal está trabajando con cierta normalidad, se pierde de vista el hecho de que esta es una mera apariencia y, por lo tanto, se acumulan problemas no resueltos (…) No es accidente que, por esta y otras razones, la Corte Suprema tenga alrededor de 90,000 archivos de resolución pendiente pendiente”, argumentó.
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Además de esto, declaró que “la creencia errónea de que la Corte puede funcionar de esta manera ayuda a mantener una actitud de verdadera indolencia e indiferencia de algunos sectores de la política”. “Para mantener esa creencia, un problema institucional muy grave termina.
Por esta razón, dijo que aceptó la cita porque consideró que “debería asumir la responsabilidad de colaborar con la solución inmediata a ese grave problema”. “Mantener un tribunal incompleto, con un riesgo obvio de parálisis, habría sido evitar lo que considero una obligación para ningún abogado. Tampoco sería sensato que, como ya se ha hecho, su integración continúa retrasando”, dijo, así como la que comentó que sería una “irresponsabilidad grave” esperar “para configurar un escenario de parálisis de la corte más alta de la nación”. “.
Agregó: “No se puede perder que si alguno de los tres miembros actuales tuviera algún impedimento, era temporal o permanente, la Corte Suprema no podría funcionar. Es irrazonable e innecesario, correr ese riesgo. Por lo tanto, esta situación no se pudo mantener hoy durante mucho tiempo”.
El cuestionamiento cuando la acción del Senado
Después de destacar que “el nombramiento en comisión era constitucional”, se refirió a las acusaciones contra él después de sus dichos en el Senado en agosto de 2024, donde había declarado que “no habría aceptado” ser designado de esa manera. “En las últimas semanas hubo quienes me acusaron directamente de haber tratado de engañar a los senadores que presentan ese día. Además, esa fue la excusa poco probable de que algunos senadores solían fingir su rechazo a mis especificaciones por una supuesta falta de idoneidad moral”. lanzado.
“A través de un recorte intencionalmente tergiversado de lo que respondí en ese momento, intentaron adjudicarme a mí mismo que nunca aceptaría un nombramiento de la Comisión en la Corte Suprema, independientemente del contexto de ese nombramiento. Eso es falso. Nunca afirmé que no aceptaría en ningún caso, ni bajo ningún punto, un nombramiento de la Comisión como Juez de la Corte. Por comisión, independientemente del contexto en el que se dio.
En esa línea, indicó que la situación actual es “diametralmente opuesta” a la que se vivió en 2015, cuando el entonces presidente Mauricio Macri intentó designar por el decreto Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, antes de obtener el acuerdo del Senado. En este sentido, dijo que, después del decreto de Milei, “todos los ciudadanos del país pudieron analizar los antecedentes de ambos candidatos, revisar su experiencia profesional y su carrera, formular objeciones de todo tipo, hacer preguntas y preguntas o apoyo de varias maneras los candidatos”, la participación que “se repitió y luego se extendió durante el procedimiento en el Senado”.
Además, indicó que, después de la instancia de participación ciudadana, se cumplieron todos los pasos establecidos por la regulación del Senado: las audiencias públicas se mantuvieron con candidatos y los legisladores tenían la posibilidad de revisar sus antecedentes, evaluar el apoyo y las objeciones, reunirse con ellos si querían, hacer preguntas y analizar todo el material presentado. “De esta manera, tenían tiempo más que suficiente para formar un juicio de valor sobre ambas nominaciones mucho antes del decreto 137/25”, dijo.
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También dijo que “no había otro procedimiento pendiente para que el Senado decida aprobar o rechazar mis especificaciones”, mientras que acusó a la Cámara Alta de Terminar las sesiones ordinarias de 2024 “sin hacer algo concreto” y si “ignoraba el caso” a la llamada a las sesiones extraordinarias en febrero de 2025, antes de que él insistió en que la falta de actuación era una especificación política mera “.
“Es evidente que no existe una conciencia real de la dimensión del problema que toda esta negligencia institucional ha estado causando en los últimos años”, dijo, mientras celebraba ese decreto 137/25 de Milei “rompió con ese círculo vicioso”. “También es incuestionable que haya una gran parte del sector político que acepte sin cuestionares importantes que no cubra posiciones de trascendencia, incluidas las vacantes en la Corte Suprema”, dijo, tomando como ejemplo la falta de nombramiento de un abogado general de la nación final (vacante hace más de siete años) o el defensor ombud (más de 15 años).
“A eso debemos agregar la incomodidad manifiesta de ciertos sectores con la posibilidad de que haya jueces independientes, que no tengan contactos con la política tradicional y que pueden tomar decisiones libres, ajustadas a la ley. La inacción, la indolencia y el desprecio por la independencia del poder judicial, en todos estos casos, es francamente escandaloso”, continuó.
En esa línea, advirtió que la situación “genera una obvia falta de justicia que, entre otras cosas, es funcional para el tráfico de drogas, la explotación y la trata de personas, así como la corrupción crónica que sufrimos”. “En resumen, a todo lo que nos condena inexorablemente al fracaso y a la miseria de subdesarrollo”, dijo.
La motivación de la renuncia de la Corte Suprema
Hacia el final de la carta, consideró, luego de la decisión del Senado de rechazar sus especificaciones: “Tengo que hacer todo lo que está a mi alcance para facilitar el proceso para cubrirse una vez que existan las vacantes que existen en la Corte Suprema”. A pesar de designar jurisprudencia que le permitiría “continuar en el cargo hasta el 30 de noviembre, o hasta la fecha en que se completen las sesiones de extensión eventuales, o hasta que se designe un reemplazo con el Acuerdo del Senado”, dijo que su permanencia en el cargo “no ayudaría a los responsables de integrar adecuadamente al tribunal a conocer la gravedad de este problema y actuar en consecuencia”.
“Quizás este episodio y esta renuncia sirvan como una advertencia para que se den cuenta una vez que la integración de la Corte Suprema, y de todo el poder judicial federal, es urgente y que la mezquindad que parece haber sido impuesta hace mucho tiempo se debe reservar. Es imperativo que se produjeran las notas delicias que ocurrieron en el senado en el tratamiento de los pliegues enviados por los pliegues enviados en el futuro. Expresado.
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Agregó: “Los poderes políticos tienen una responsabilidad institucional inevitable. La República Argentina necesita un poder judicial fuerte e independiente y no uno que sea funcional para sus intereses a corto plazo, ya sea político o personal. Nuestro país debe estar por encima de todo y todos”.
“I started the letter as a judge; I terminate it now as a citizen. I believe that the process of transformation that the Argentine Republic depends on an indispensable condition for it to succeed, consolidate and embody in each of the Argentines: that there is a straight, decent and independent judiciary, composed of judges that strictly apply the current right as it is and not as they would like it to be. Straight, honest, capable and independent and attached to the Constitution y la ley, nuestro país tendrá una gran parte de su futuro asegurado “, concluyó, antes de agradecer al presidente, a sus colegas de la Corte Suprema y al personal de la corte.
La carta de renuncia completa de Manuel García Mansilla
MB/ DS