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Justice como espectáculo: revelan el guión de la serie protagonizó el juez del caso de Maradona

A medida que los capítulos del juicio por la muerte de Diego Maradona se descomponen, lo que se juzga ya no es solo la responsabilidad eventual de los médicos acusados. La exposición pública del Documental de Justicia Divina, centrada en la figura de la jueza Julieta Makintach y registrada en paralelo al juicio que presidió, ha desatado una crisis institucional no publicada.

El guión completo de la serie, incautado durante una búsqueda judicial y ahora revelada en detalle, muestra que el proyecto audiovisual no era un simple retrato profesional. Era una estructura narrativa completa, de seis episodios de 30 minutos cada uno, con voz en off, archivos emocionales, paralelos históricos, escenas programadas, ubicaciones seleccionadas y una protagonista central: la propia juez.

En otras palabras, el magistrado que tuvo que arbitrar la búsqueda de la verdad en una de las causas más delicadas y de los medios del país fue simultáneamente el eje de una ficción documental escrita, filmada y producida mientras el proceso judicial aún estaba en curso.

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Una ficción de tiempo real: cuando la justicia se transforma en una puesta en escena

En el primer capítulo, titulado “Justicia y lugares”, el guión comienza con imágenes de la vida diaria de Makintach. El maquillaje lo describe, eligiendo su ropa, desayunando con problemas, antes de embarcarse en el camino a los tribunales. El tono, más cercano a una serie de transmisión que a un documental institucional, lo coloca como la figura principal y el testigo sensible del drama que está a punto de desarrollarse. La voz en off sugiere un destino inevitable: “Podría haber caído en otra corte. Pero cayó aquí. En San Isidro”.

A partir de ahí, el guión intercala escenas del juicio real con ubicaciones icónicas de la vida de Maradona: Fiorito, Nápoles, Boston, Barcelona, ​​Tigre, y construye una historia donde cada lugar se convierte en un símbolo, cada imagen en alegoría y cada declaración judicial en parte de una mayor narración. Todo esto mientras el juicio estaba en marcha, con el acusado sentado en el banco y con los familiares de los Diez esperando justicia.

La jueza Julieta Makintach fue suspendida como maestra en la Universidad Austral

El hecho de que este material se haya producido simultáneamente con el juicio, con acceso a oficinas, pasillos y salas de audición, revela una fragilidad alarmante en los controles internos del poder judicial. Makintach negó haber autorizado las grabaciones y se defendió asegurándose de que fuera una entrevista personal realizada por un amigo. Sin embargo, el guión demuestra algo más: hay una planificación exhaustiva, una selección estética, una narrativa definida y, sobre todo, un enfoque continuo en su figura.

El documento no solo escribe escenas dentro de los tribunales, sino también fuera de ellas: entrevistas en cafés, recuerdos de la infancia, testimonios personales, incluso un pasaje sobre un ataque sufrido por su familia durante su infancia, presentada como el origen vocacional de su carrera judicial. Cada una de estas escenas fue diseñada para ser filmada y montada dentro de una historia de seis capítulos. El resultado: un juez se transformó en un personaje, en plena acción judicial.

¿Una ficción sobre la verdad o una verdad ficticia?

El guión de la justicia divina no deja espacio para la ambigüedad. Los acusados ​​tienen nombres, los abogados aparecen como figuras de los medios, y los familiares de Maradona son parte de la asamblea. Incluso se detallan momentos de alto impacto emocional, como la exposición del cuerpo hinchado de Maradona, las lágrimas de sus hijas, los audios burlones del acusado, el modelo de la casa en Tigre. Todo encaja en una puesta en escena cuidadosamente construida.

Si bien el documental nunca se emitió, las imágenes comenzaron a circular esta semana. Gianinna Maradona lloró a la audiencia para verlos. El fiscal Patricio Ferrari fue estricto: “Makintach actuó como actriz, no como juez”. Lo que estaba en juego ya no era solo la legalidad del juicio, sino la credibilidad de la justicia argentina a los ojos de la sociedad.

Con el juez separado, el juicio suspendido y las órdenes del jurado en curso, el complot de la justicia divina fue arrestada. Pero lo que reveló el script es mucho más que un producto audiovisual inapropiado. Es un síntoma de una justicia atrapada en la lógica del programa, donde los archivos viven con los reflectores y la búsqueda de la verdad se disuelve entre cámaras y declaraciones públicas.

El guión del primer capítulo de Justicia Divina

DCQ/ml

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