El examen único para acceder al sistema nacional de residencias en medicina, enfermería y bioquímica estaba bajo un manto de sospecha después de conocer múltiples quejas por presuntas irregularidades. Los testimonios hablan sobre fugas anteriores, la venta de preguntas en dólares y el uso de dispositivos electrónicos durante la evaluación. Él Ministerio de Salud de la Nación Ya ha comenzado la investigación interna.
La prueba, realizada el 1 de julio en 28 sede de todo el país, convocó a miles de profesionales de la salud. Uno de los lugares principales fue el Pavilion America del Parque Olímpico de Villa Lugano, donde se presentaron 5,930 solicitantes, 1.500 más que el año anterior. Sin embargo, la masividad no evitó que las versiones de maniobras circulen para violar el sistema de evaluación.
Venta de preguntas y dispositivos ocultos
Según varios mensajes que circulaban en los grupos de WhatsApp y Telegram, las preguntas del examen se habrían vendido previamente por valores que oscilaron entre US $ 2,000 y US $ 3,000. Además, los casos de entrada en el recinto con teléfonos celulares “señuelos”, falsos diseñados para evadir los controles, y se denunciaron el uso de auriculares ocultos. Algunas versiones incluso informaron cómo los solicitantes estaban juntos para copiar, sin control o control.
Más de 50 profesionales firmaron una carta dirigida al Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Ignacio Brusco, en la que expresaron su “suma preocupación” y reclamaron una investigación formal y transparente. Aunque la UBA no organiza el examen, ya que es la competencia de la Dirección Nacional de Calidad y Desarrollo del Talento de Salud, se adhiere a sus resultados para cubrir sus propias vacantes.
Resultados inusuales y contradicciones preocupantes
Uno de los puntos más controvertidos es el rendimiento académico de ciertos solicitantes. Una revisión de los 10,225 resultados publicados revela que muchos de los solicitantes con puntajes superiores a 90, incluso estadísticamente inusuales, son extranjeros y graduados de universidades privadas, con pocos representantes de instituciones públicas argentinas. En algunos casos, los mismos solicitantes que obtuvieron calificaciones sobresalientes en este examen, se habían rendido muy por debajo en otros casos similares, como la prueba del Hospital Británico. Un caso indicado obtuvo 95 puntos en el examen nacional, pero solo 45 en el privado.
Desde la cartera dirigida por Mario Lugones, reconocieron que estos datos “no son consistentes con los parámetros históricos” y enfatizaron que el caso está bajo análisis. Por ahora, una de las decisiones que se consideran es posponer la publicación de la clasificación de mérito, inicialmente planeado para el lunes, mientras progresa en las consultas.
Demandas y reclamos del sector académico
Los firmantes de la carta advirtieron que la falta de controles durante la prueba intentó contra condiciones iguales. Como se informó, los solicitantes podrían sentarse sin asignación o control, lo que facilitó copias organizadas. Además, advirtieron que el uso de dispositivos y los rumores de filtraciones representan una “violación grave del protocolo” y una amenaza directa para la legitimidad del proceso.
En el medio del escándalo, desde el Ministerio de Salud, anticiparon que la reciente modificación al sistema, que otorga cinco puntos adicionales a los graduados de las universidades locales, también se evaluará, aunque no sería el foco principal del conflicto.
Indignación y desconcierto en los solicitantes
Mientras que el Ministerio intenta ordenar el caos, los chats entre profesionales explotaron con mensajes cargados de ira, frustración y dudas sobre lo que sucederá. Nadie sabe incluso si el examen se cancelará, si se tomará uno nuevo o si habrá configuraciones en el puntaje.
«La situación es indignante. No se puede permitir que aquellos que estudian durante años estén en desventaja frente a un sistema fraudulento ”, dijo uno de los solicitantes en las redes sociales. Otros solicitaron directamente la intervención de la justicia.
La gravedad de las quejas pone en control la transparencia de uno de los exámenes más relevantes del sistema de salud argentino. Lo que debería ser una instancia meritocrática para seleccionar futuros médicos, bioquímicos y enfermeras en el país, se convirtió en un escándalo institucional que amenaza con escalar.