Hace algunos años, los influencers han revolucionado la forma en que las personas acceden a la información, mucho más desde la proliferación de los canales de transmisión. Desde el humor y la ironía hasta algunos más comprometidos con el análisis periodístico, estos nuevos temas informativos han logrado diseñar estrategias para lograr audiencias masivas y establecer conexiones más personales que hayan transformado la placa de medios tradicional.
Con discursos de odio que han agitado el discurso público y con más anclaje en la emoción que la razón, en el ámbito político digital, nombres como “El Gordo Dan”, Agustín Laje y Juan Doe para los Libertarios o Michelo, Rebord o Rosemblat para los peronistas se han reunido como auténticos Influyentes (“Spokespers”?
A finales del año pasado, la UNESCO reveló un informe llamado “detrás de las pantallas” que, entre otras cosas, indicaban que el 62% de ellos no realizan verificaciones rigurosas antes de compartir información con su audiencia. El estudio no solo es novedoso porque es uno de los primeros análisis globales que investiga y examina las prácticas de estos verdaderos entrenadores de opinión, como influencers, sino que ha publicado resultados preocupantes como la obvia difusión de contenido falso, debido a la falta de verificación de ellos.
Estos no les gustan los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Es por eso que molesta a quienes creen que son los dueños de la verdad.
UNESCO asegura que el 62% de ellos no realice verificaciones rigurosas antes de compartir información con su audiencia “
Sin embargo, el mismo estudio revela que la mayoría de estas personas influyentes han expresado su deseo de recibir capacitación, aunque no está completamente claro si este comportamiento encuentra su correlación en la que se centran en temas políticos, donde la confirmación de sesgos cognitivos y prejuicios conspiran con el análisis más racional.
Otro hecho curioso del informe, al que asistieron más de 500 personas influyentes de 45 países, es que casi la mitad de los creadores consideran los contenidos “similares” o compartidos como un indicador de veracidad. Es incuestionable que depositar la confianza en estas métricas solo conduzca a conclusiones erróneas para la manipulación de las métricas (producto de las acciones de los bots, cuentas falsas y la granja de clics), la creciente polarización (que reafirma los sesgos en sí mismos), manipulación visual y algunos incentivos un poco más controvertidos como el sensacionalismo producido por el deseo de hacer clic y la desinformación sponsored sponsoration)
Quienes son los influyentes militantes de la política
Los influencers han erigido como actores esenciales para que las personas accedan a la información y es por eso que su contribución es tan valiosa para combatir la información errónea. Desde su fuerte irrupción, han logrado democratizar la información, a través de una gran confianza y credibilidad por parte de los usuarios.
Dado que es saludable que la mayoría de ellos quieran internalizar más sobre las consecuencias, tanto individuales como colectivas, de desinformación. Pero también es esencial que, a diferencia de lo que sucede en muchos medios, tengan tiempo y espacio para aprender más sobre este problema.
Que esta acción sea proporcionada por la propia UNESCO y el Centro de Caballeros para el Periodismo en las Américas con el objetivo de preparar a los influencers para lidiar con la información errónea y el discurso de odio es una iniciativa muy auspiciosa. Precisamente, esos discursos son aquellos que, voluntaria o involuntariamente, los creadores de contenido se propagan en muchos casos, mucho más en esta última década tan tensa en la política de nuestro país … y del mundo.
Los influencers tienen un impacto significativo en el acceso a la información, tanto positivos como negativos. Es esencial que los usuarios sean críticos y verifiquen la información que consumen en las redes sociales. Del mismo modo, las plataformas deben tomar medidas para combatir la información errónea y promover la transparencia. Como siempre apoyamos, la alfabetización mediática (y ahora también tecnológica) será crucial para que, al menos en el nivel individual, conozco la batalla y no seguimos siendo víctimas de la manipulación y las falsas narrativas que contaminan la atmósfera digital.