Guía de cocina fácil: un producto digital diseñado para el chef amateur

Hace 14 años, cuando el acceso a Internet era más lento, las redes sociales apenas aparecían y los teléfonos inteligentes aún no eran parte del panorama diario, pensando en un sitio en línea dedicado a ayudar a aquellos que querían cocinar en casa, sin ser chefs, era casi una rareza. Pero fue en ese contexto que Mauro Brunetti, traficante y empresario digital argentino, vio algo que otros no hicieron: que había muchas personas que querían aprovechar el auge de los sitios web para aprender a cocinar platos ricos, caseros y tradicionales, de una manera simple, sin turnos o reclamos.
Los primeros pasos: contenido de pulmón hecho
Por lo tanto, nació una guía de cocina fácil, un sitio que desde el principio tenía como objetivo acompañar al chef amateur, que no estudió gastronomía, pero sentía el deseo de probar una buena receta hecha con sus propias manos, en la comodidad de la casa. El que no busca convertirse en chef algún día al otro, pero quiere saber cómo hacer una salsa verdosa con crema, o preguntar cosas básicas como cuántas cucharadas son 100 gramos de azúcar.
Con una computadora de escritorio, mucho deseo y sin presupuesto, Mauro comenzó a aumentar el contenido escrito por él mismo. Al principio, eran recetas simples, como cómo hidratar la gelatina sin sabor, y otras más populares, pero con un giro práctico, como una guía para hacer POCHOCLOS MICROWAVE. En ese momento, no había editores generativos o independientes, o equipos de contenido: solo intuición, prueba y error, y una gran empatía con el usuario que quería soluciones claras y útiles para la cocina cotidiana.
Estos no les gustan los autoritarios
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Comprender al usuario: la clave de crecimiento
Con el tiempo, y gracias a la respuesta del público, el sitio estaba creciendo. Algunas notas simples, como una en las propiedades de la cebolla de Verdeo, comenzaron a atraer miles de visitas. Mauro luego entendió que el tráfico no provenía de platos extravagantes, sino para resolver las dudas reales y cotidianas de quienes cocinan todos los días.
Por lo tanto, esta guía gastronómica digital estaba diversificada: ya no solo eran recetas, sino también consejos básicos de cocina, ideas para usar mejor electrodomésticos, puntas de utensilios e incluso notas sobre el valor nutricional de los alimentos. Todo siempre pensaba en una llave local, con un tono cercano, como si tu tía te explicara en el escritorio o en tu amigo en la cuadrícula del domingo.
El salto a las redes: estética, calidez y practicidad
El crecimiento de GCF encontró su empalme natural con las redes sociales (First Facebook e Instagram y luego Tiktok) gracias al trabajo creativo de Maricel Buchillo, la esposa de Mauro y a cargo de la producción de videos tutoriales que ahora son una marca registrada del sitio. Recetas claras y bien filmadas, y con ese simple calor que facilita la cocción paso a paso. Fue ella quien terminó de darle a la marca la estética visual que exige el tiempo, con un lenguaje audiovisual amigable, práctico y muy casero.
De Argentina al mundo español
Hoy, Easy Cooking Guide es mucho más que un blog de recetas. Es un verdadero portal gastronómico que acompaña a los chefs y cocina de toda América Latina. Además del contenido clásico de la cocina argentina, se agregaron recetas y consejos de países como Uruguay, Colombia, Perú, Paraguay, Bolivia, Chile, México, Brasil e incluso España. Eso también implicó abrir el juego al colorido fanático del español latino: en el sitio encontrarás recetas con fresa, fresa o morango, dependiendo del país; maíz, maíz o maíz; durazno o durazno. Porque GCF aprendió que hablar con el lector también es saber de dónde viene y cómo nombra lo que come.
Un producto útil, no una excusa para hacer marketing
Gracias a esa apertura, el sitio estaba generando enlaces con marcas, con otros blogs del campo y con comunidades que lo convirtieron en una referencia para el público que habla español. Hoy es parte de las alianzas comerciales con empresas gastronómicas, produce contenido para las empresas y continúa creciendo (acaba de cruzar un cambio de marca de migración a un nuevo CMS) sin perder su esencia original: ayudar quién quiere cocinar sin complicar.
La clave para el éxito, si puede decirlo, es que el proyecto nunca se pensó solo en el marketing digital, pero más del plato que el lector iba a preparar. Si un contenido no sirvió para que alguien cocinara mejor, o resuelva algo relacionado con la cocina, entonces no funcionó. Esa coherencia, agregada a un aspecto simple pero no simplista, es el que mantiene vivo el sitio, incluso en un mundo lleno de influenciadores culinarios y recetas con la producción de televisión.
Cocina sin complicaciones, para todos
En GCF, cada contenido continúa pensando en esa persona que llega del motor de búsqueda preguntándose cómo se hace una receta, qué ingredientes transporta, cómo usar un aparato o qué beneficios tiene un alimento. Es un espacio digital que, lejos de exigir un conocimiento previo, lo invita a aprender con calma, con explicaciones claras y sin juzgar si no sabe la diferencia entre ebullición y salteado.
El chef amateur: el corazón del proyecto
En resumen, este producto digital nació antes del auge de las redes, pero sabía cómo adaptarse sin perder de vista a aquellos que siempre quisieron ayudar: el chef amateur. El que, cuchara en la mano, quiere incluso si a veces no todo sale. Porque al final del día, no hay un plato más rico que lo que se hace con el amor y con la convicción de que cocinar no tiene que ser difícil para ser agradable.