Gil Lavedra, del tribunal que procesó las reuniones: “que los recuerdos de la democracia nos guían en el camino del derecho y la justicia”

El 22 de abril de 1985, hace 40 años, después del regreso a la democracia, el gobierno de Raúl Alfonsín promovió el juicio para juzgar al más alto responsable de los crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura. Ricardo Gil Lavedra, uno de los jueces que condenó a los comandantes principales de la dictadura y actual presidente de la universidad pública de la defensa de la capital federal, hoy se siente “muy honrado por la oportunidad histórica de haber integrado el tribunal que llevó a cabo el juicio contra las reuniones militares”.
También recordó que “la audaz decisión de Raúl Alfonsín hizo que la democracia fuera abrazada en el imperio de la ley, los derechos humanos y al comienzo de la no impunidad para poderoso”.
El juicio a las reuniones: el proceso que condenó a los jefes de la dictadura para el terrorismo estatal
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Aunque la decisión final fue tomada por la Cámara Nacional de Apelaciones Penales y Correccionales federales, hizo hincapié en que la decisión sin precedentes de Alfonsín fue acompañada por una serie de eventos que permitieron el juicio: la intervención del Congreso que modificó la estrategia del gobierno, el informe de Conadep que facilitó la tarea de la oficina del fiscalía y la tarea notable de la Cámara, que logró el juicio en el juicio en el juicio en el juicio.
Gil Lavedra dijo que “el informe de Conadep y el juicio de las reuniones fueron fundamentales para construir el consenso del” nunca más “”, destacando que con 709 testimonios documentados que describen secuestros, torturas y asesinatos, el juicio se convirtió en una ventana al horror de la dictadura.
El juicio duró 14 meses y se llevó a cabo con un equipo de fiscales y jueces sin precedentes en la historia de Argentina
Además, recordó a sus colegas fallecidos, como Andrés d’Alessio y Jorge Torlasco, quienes jugaron un papel crucial en el juicio. Hizo una mención especial a Julio Strassera, fiscal en el juicio, destacando su actuación excepcional y su frase histórica: “Nunca más”.
El abogado dijo que, a pesar de los avances, ciertos desafíos persisten en la defensa de los derechos fundamentales. Cerró que, aunque los Argentinos enfrentaron muchas vicisitudes, el principio de soberanía popular, la condena de la violencia y el respeto por los derechos humanos siguen siendo firmes.
“No prosperarán los intentos de justificar o disculparse lo que sucedió”, concluyó, enfatizando que las atrocidades cometidas durante la dictadura no son crímenes de guerra, sino crímenes aberrantes que deben ser castigados por la ley.
MV / DS