Pero como cualquier actividad nueva, requiere aceptación social. Imagínese poder volar a nuestro trabajo o hogar. Sin interrupciones, sin calles corta un vuelo simple para optimizar uno de los bienes más preciosos, nuestro tiempo.
Veamos que hablamos en tres conceptos simples: Evtol, como las necesidades operadas y regulatorias.
¿Qué son los evtols? Son vehículos voladores eléctricos con la capacidad de transportar pasajeros y mercancías en viajes reducidos, diseñados para ciudades. Estos vehículos pueden ser tripulados o no. Un verdadero taxi aéreo o un coche volador.
Este modelo de vehículo aéreo nos lleva a pensar en el concepto de movilidad aérea urbana. Ese concepto futurista que vemos en las películas y que hoy comienza a ser una realidad en algunos lugares del planeta.
¿Pero pueden estos vehículos volar libremente sobre nosotros? Pensemos en el cielo como un recurso finito, porque el tráfico aéreo requiere un cierto orden para evitar colisiones aéreas.
La Unión Europea ha estado trabajando duro en el concepto de movilidad aérea urbana y evtols. El gráfico de las proyecciones sobre cómo, desde cuánto se espera, estos vehículos vuelan es gráficamente lo suficiente como para mostrar al cielo como un recurso finito.
En este primer gráfico vemos la altura de vuelo planificada, para evitar colisiones con otro tipo de avión.
En este segundo gráfico, vemos que no se espera que los vehículos vuelen libremente, pero en las rutas predeterminadas operadas y monitoreadas por un operador de distancia.
Pero también vemos en estos gráficos la introducción de una nueva figura. Los vertiportes presentados en el gráfico y como lo indican su nombre son aeropuertos verticales donde estos vehículos pueden anodizarse.
Si bien parece una realidad lejana para Argentina, la verdad es que estos vehículos ya están comercializados y ya vuelan principalmente en China.
Argentina ha dado un paso importante al modificar el código aeronáutico en la ley base, permitiendo la operación de aviones no tripulados. Sin embargo, el desafío ocurre en el debate de la movilidad aérea urbana y su aceptación social. El segundo desafío es regulatorio no solo en la operación de vuelo, sino también en la compatibilidad de las estructuras de aterrizaje internacionalmente.
El funcionamiento de estos vehículos no es una realidad distante, la preparación del marco regulatorio necesario es necesario a nivel local para que las tecnologías no siempre estén por delante de las regulaciones.
Por Diego R. González (abogado y presidente de Wala) y Santiago Juan Manuel Herrera (Doctor de Derecho Administrativo de la Universidad de Buenos Aires, Maestro en Derecho Administrativo de la Universidad Austral y Especialista en Transporte y Puertos).