El equipo había pasado sólidamente a la Liga de Quito y la Copa Semi contra River, el arrecife del año, fue avizado. El partido inicial fue el 1 de octubre en el monumental. Pero el equipo de Gustavo Alfaro no dio el tamaño y cayó de 2 a 0. Aun así, había una expectativa de pasarlo tres semanas después. Era suficiente tiempo para preparar el negocio. En el medio, y mientras el Barra desayunaba con la muerte de Uruguayan Richard, uno de los rivales más firmes del dúo Di Zeo-Martín, apareció en el partido contra la carrera de un grupo del vecindario chino de Villa 31, con un bar de referencia llamado Aldo a la cabeza, generando incidentes, para que el club también le daría parte del negocio que viene. La respuesta fue negativa por dos maneras: varios prisioneros cayeron, el resto fue disparado por el bar oficial. No iban a compartir con nadie las ganancias planificadas.
Una vez más, el estallido de boletos funcionó, incluso más que en la final de 2018. Es que en diciembre hubo elecciones y el partido gobernante quería garantizar las 3 mil tarjetas que el bar gestionó y es por eso que los Vituallas para esa reunión estaban por encima de lo imaginado. Esa tarde Boca puso su alma y, aunque no lo alcanzó para revertir la serie, terminó ganando 1 a 0. El bar aplaudió al equipo mientras la caja registradora no dejó de sonar. No era hora de hacer olas.
Lo que siguió fue uno de los saltos mortales más importantes en la historia del bar. La campaña política había recalentado y cada parte jugó su juego. El oficial, con Mauro Martín y Di Zeo en la cabeza, optó por la fórmula oficial encabezada por Christian Gribaudo. Enfrente, junto con el candidato al presidente Jorge Amor Amor Ameal, no había nada menos que Juan Román Riquelme, que era como Vice. Y en este lado contribuyó con el músculo, las cartas y pintó al grupo disidente, el que siempre se hizo referencia en Fido de Vaux y Maximiliano Mazzaro. En el último juego, antes de las elecciones, Boca se enfrentó a Argentinos Juniors. El Xeneize llegó primero, pero del popular que da a la transmisión que comenzó a cantar para Juan Román Riquelme. El que comenzó la música era nada menos que Carlos Armijo, también conocido como El Gordo Lulu, que sabía ser tercero del grupo Vaux. En el otro lado, de la segunda bandeja que le da a Casa Amarilla, arrojó el “Dale Bo” para cubrir los gritos a favor del ídolo. Hubo un Amague de que podría haber una guerra, pero todos sabían que quien comenzó terminaría perdiendo los favores del nuevo liderazgo que se eligiría una semana después.
Estos no les gustan los autoritarios
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Al siguiente domingo, el bar fue plantado a favor de Gribaudo. Fue, presionó, gritó y votó, pero nada de eso podría detener la avalancha de votos a favor de Ameal, que en realidad estaba a favor de Riquelme. Y cuando la diferencia era indiscontal, el oficial de doce tomó el lema de “Te acompaño al cementerio, pero contigo no entro”, se dio la vuelta y fue al búnker de la oposición. Entró sin pedir permiso y con la voz de canto de Di Zeo ofreció un acuerdo: seguían siendo el bar oficial y jugaban para la nueva administración. Con una diferencia: si para Angelici el dúo fuera Martín-Di Zeo, ahora se invertirían los roles. Porque Rafa tenía una ventaja especial: la barra de oposición era el Melli Fernández, quien también tenía sus trabajos en la cueva de la calle Florida, donde los doce manejaron la plata que obtuvo. Así que hubo una charla, un pacto con el Melli y su grupo de Virreyes y San Fernando, y antes de que el nuevo presidente del club fuera consagrado, Di Zeo salió con una sonrisa del búnker de Ameal-Pergolini-Frilelme. Las autoridades, los técnicos y los jugadores podrían cambiar, pero en cuestión de Tribune, no se modificaría nada.
Por supuesto, faltaba un paso: que se entendía el grupo que había jugado para Ameal y que no quería estar de acuerdo con el bar oficial. Y eso vino rápida y muy simbólicamente. Boca no renovó a Alfaro como entrenador y presentó a Miguel Ángel Russo como un nuevo entrenador en diciembre. Fue el primer movimiento fuerte del nuevo liderazgo. Y solo la conferencia de prensa terminó, poco a poco fueron los bares que entraban en el club y se dirigían a la zona de la zona. Primero en grupos de cinco, después de diez, hasta un grupo de cincuenta con Di Zeo y Martín a la cabeza. Corrieron a los grupos que tenían la idea de hacer un asado del año en el club y tocaron el área. Y hasta el amanecer comieron y cantaron para ellos y por vía oral. Si alguien hubiera perdido, no era el bar.
Archivo técnico
Título: Los Doce
Autor: Gustavo Grabia
Género: investigación
Año: 2025
Páginas: 384
Editorial: Planeta
Gustavo Grabia estudió ciencias de la comunicación en la UBA y también se graduó de la Escuela del Círculo de Periodistas del Círculo de Deportes.
Escribió en los periódicos la razón, The Express, Olé e Infobae.
Es el mejor especialista en asuntos de violencia en el fútbol.
Escribió el asalto de los libros en la Copa Mundial, Capangas a la cancha, descuentos en habilidades y otras historias de fútbol, el fin del mundo y otras historias de fútbol y Ferro 100.
Es parte de los equipos periodísticos de y ahora ¿quién puede ayudarnos? (Radio contigo) Buen día A24 (América 24) y alta presión (TYC Sports).