El Papa Francisco se encargó de los textos de las meditaciones que se leyeron este viernes 18 de abril, durante los cruces tradicionales que tuvieron lugar en las cercanías del Coliseo Romano, pero no pudo estar presente, ya que todavía se está recuperando de la infección respiratoria que lo mantuvo hospitalizado durante 38 días en el Hospital Gemelli en Roma. Aproximadamente 20,000 personas participaron en la ceremonia de conmemoración de la pasión de Cristo.
El camino de Crucis comenzó a las 9:15 pm y, en las siguientes dos horas, la cruz fue transferida desde el interior del Coliseo a una elevación en los foros romanos, a través de 14 estaciones que representan el camino de Jesús hizo su muerte. Para cada estación, Francisco escribió una oración, incluida una muy especial en la que propone abrazar “la economía de Dios, que no mata, no descarta, no aplasta, es humilde, fiel a la tierra”, frente a “un mundo de cálculos y algoritmos, de intereses lógicos e implacables fríos”.
La noche romana y el coliseo en el medio de los crucis 2025.
En ausencia del Santo Padre, la oración fue encabezada por el cardenal Baldassare Reina, Vicario General de la Diócesis de Roma. “El camino del Calvario pasa por nuestras calles todos los días. Nosotros, Señor, generalmente vamos en la dirección opuesta a la tuya”, dice el texto preparado por Francisco. Luego, el Papa comentó que “el crucis a través de la oración que se lanza, interrumpe nuestras rutas habituales para llevarnos de fatiga a alegría”.
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La cruz fue transportada por diferentes grupos que representan diferentes sectores de la sociedad: jóvenes, trabajadores de la salud, migrantes, personas con discapacidades, voluntarios, educadores y miembros de Caritas.
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El Papa señaló que el camino de la cruz no es solo una subida compleja, sino también una disminución: la de Jesús hacia todos los que aman. “Los jóvenes también fatigan y los adultos tropiezan”, dice en la meditación, “pero aquellos que esperan su fuerza en ti; levantan el vuelo como las Águilas”.
El Coliseo durante el masivo Via Crucis el viernes 18 de abril.
Con sus ojos en la cruz, los asistentes rezaron por la paz y la unidad de la Iglesia Católica. Luego, en un momento de silencio colectivo, se leyó el texto donde Francisco pidió reconstruir los lazos de la fraternidad: “Si hoy la Iglesia parece una túnica desgarrada, enséñanos a tejerlo nuevamente con tu amor. Usted es el verdadero Júbilo. Vamos a darle a usted, Jesús, que lo clavó, puede hacer todo”. Antes de esas palabras, los fieles criados respondieron: “Enséñanos a amar”.