En el anterior a la sentencia por abuso sexual contra su exhusband, la modelo recibió palabras de apoyo del actor, con quien trabajó en sus inicios de televisión.
En el preludio de un momento clave en su vida judicial y personal, Julieta Prandi recibió un mensaje del aliento de Guillermo Francella. El actor, con quien el modelo debutó en la televisión a los 18 años en el ciclo humorístico que puse en Francella (Telefe), expresó su solidaridad horas antes de conocer el veredicto en el juicio contra Claudio Contardi, ex husband de Prandi, acusado de abuso sexual y violencia psicológica.
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En diálogo con Pure Show (Eltrece), Francella dijo: “Es una semana muy difícil, todas las bendiciones del mundo para Julieta, es un ser humano hermoso, no merece lo que ha vivido”. Además, confesó que no sabía la magnitud de lo que el conductor había pasado: “Todos no sabíamos lo que estaba viviendo, pobre, en ese nivel. Lo mejor para ella, lo único que puedo decirte”.
Mientras tanto, Prandi espera la decisión judicial con una mezcla de ansiedad, angustia y esperanza. En declaraciones a la tarde (América), dijo: “Pasé cinco años esperando esto. Pasé por los tribunales, la experiencia, las entrevistas y las sesiones, y finalmente pude mirar a los jueces y decirles lo que vivía. Fue muy difícil llegar allí y tener que decirle”.
El conductor dijo que esta etapa del proceso es diferente de otros, como la división de bienes o el régimen de comunicación, porque “el horror en sí estaba expuesto”. “Espero escuchar una condena ejemplificadora y eso finalmente lo detiene por mi bien y el de mi familia”, dijo.
Prandi, que actualmente tiene un botón antifánico y la custodia policial, dijo que estas medidas no devuelven tranquilidad: “No puedo vivir con un patrullero que me sigue al supermercado o para llevar a mis hijos a la escuela. Lo mínimo es que tiene una prisión de casa si no lo hacen preventivo, porque si no, el que no podrá salir de su hogar será yo”.
Finalmente, criticó los retrasos y obstáculos institucionales que, según ella, perpetúan la revictimización. “Si yo, siendo conocido, en cinco años solo tengo un juicio, imagino lo que espera a un vecino del vecindario. El sistema es antiguo, macho y retrógrado. Espero que esta penalización sea un ejemplificador y que la justicia comience a tener otra cabeza para juzgar casos de violencia de género”, concluyó.