Noticias Locales

El impacto psicológico cuando todo se pierde repentinamente

Para los residentes de Bahía Blanca, hace meses, o recientemente en Zárate y Campana, la vida pasó con la rutina habitual: el compañero de la tarde, la ropa colgada, los niños jugando … y de repente, el agua, la corriente, el desbordamiento, el miedo a perder todo.

Lo que se vivió en las últimas inundaciones deja marcas que no se secan al sol; Lo que toma una inundación no es solo material, es emocional. Perder una casa es mucho más que perder las paredes o los objetos personales, es perder su propio espacio, que uno que uno construye de la necesidad y, en los mejores casos, del deseo. Es ver cómo se arruinan los recuerdos, cómo las fotos, los cuadernos y los muebles con historias se deforman o desaparecen bajo el agua, es vivir una escena de desposión total mientras uno trata de salvar. Es ver cómo lo que se construyó con el esfuerzo, con años de trabajo, se desmorona en minutos, a veces en segundos. Donde había historia, de repente solo hay barro. Y no hay una transición posible entre lo que era y lo que ya no es (no se puede hacer un duelo expreso): ahora hay un corte abrupto, una interrupción violenta de la vida como se le conocía.

Desde el psicoanálisis sabemos que cuando algo se rompe tan duro, la psique permanece en una posición de gran vulnerabilidad y aparece un trauma: como un recuerdo doloroso y también como una experiencia que no se registra y, por lo tanto, no expresa con palabras el dolor para comenzar a asimilarlo.

Estos no les gustan los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Es por eso que molesta a quienes creen que son los dueños de la verdad.

¿Cómo te vas a dormir tranquilamente después de tener que subirte a un techo para salvarte? ¿Cómo se sigue después de tener que esperar en el frío que alguien me rescata? ¿Después de haber sentido que el agua entró más rápido que las respuestas? Las reacciones pueden ser múltiples: ansiedad, insomnio, despersonalización, ira, episodios de mucha angustia o incluso una frialdad aparente que muchos confunden con la “fuerza”, pero que, en realidad, es una forma de protegerse del colapso interno.

Many times it happens that the environment hurries an exit with phrases such as “the important thing is that they are fine”, “you will be able to recover everything”, “it is not so serious if compared to other cases”, but that type of responses, even if they have good intentions, can produce more loneliness because they invalidate the subjective experience, that is, the intimate pain that does not need comparison or relativization, but time and listening.

El sufrimiento no se mide en “litros de agua” o “cantidad” de pertenencias perdidas, se mide en términos afectivos, en lo que esa pérdida significó para cada persona, en cómo el psicismo puede asimilar esa pérdida. La búsqueda para cuidar la salud mental, en estos casos, no se trata de superar “rápido” lo que sucedió, sino de poder nombrar y procesar lo que se ha vivido, y si es posible, hacerlo con otros y con ayuda profesional.

Podemos criticar muchas cosas de Argentina, pero si algo nos caracteriza como pueblo es solidaridad, especialmente en contextos de crisis. Lo que sucedió en Bahía Blanca y en estas dos últimas ciudades es una prueba de que la solidaridad está en vigor: inmediatamente las personas organizadas para donar, acompañar, abrazar, rescatar animales o personas bajo el agua. Hasta el día de hoy, continúa colaborando, poniendo el cuerpo, rescatando lo poco que queda. Esto también deja una marca, porque cuando el dolor cumple con una respuesta empática, algo comienza a recuperarse, incluso si es poco a poco.

En imperfecto, mi último libro, cuento el caso de un hombre que, después de un robo violento, comenzó a desarrollar una fobia social que le impidió salir de su casa, no porque no quería, sino porque algo que había vivido no podía describirse, no tenía palabras, y luego regresó en un cuerpo tenso, hipervigilancia, isolación, de soledad. Lo mismo puede suceder con aquellos que están pasando por una catástrofe como inundación, donde el trauma no necesariamente aparece en el momento exacto del evento, a veces se manifiesta más tarde, cuando todo “vuelve a la normalidad”, pero algo se detuvo. Cuando no hay posibilidad de elaborar, el traumático se congela en el tiempo y reaparece en forma de síntomas, de miedos que no se entienden, de silencios que pesan.

Para aquellos que vivieron esta inundación, es probable que la idea de seguridad tardía para reconstruir. Habitar ciertos espacios tal vez active recuerdos difíciles, pero eso no significa que no se pueda girar: significa que esto regresa necesita tiempo, palabras y acompañamiento. Y en ese camino, cada gesto, cada palabra y acompañamiento, importan.

*Psychoanalyst, co -fundador de Redpsi, autor de Imperfects and Truths no dijo. Instagram: @orne.benedetti @redpsi.

Back to top button