El gobierno intentará gobernar la disminución en la era de la imputabilidad la próxima semana.

El partido gobernante se prepara para lograr una opinión la próxima semana en el Congreso sobre el proyecto que busca reducir la era de la imputabilidad. El actual régimen penal juvenil se establece en 16 años, pero el gobierno, a través de Patricia Bullrich (seguridad) y Mariano Cúeo Libarona (Justice), promovió un proyecto para reducirlo a 13. Sin embargo, por estrategia política y para agregar espaldas, se acordó elevar la propuesta a 14 años.
Después de varios aplazamientos, para las vacaciones y la falta de quórum, el plenario de comisiones se reunirá nuevamente el martes. Las comisiones de la legislación penal, el presupuesto y las finanzas, la familia, los niños y los jóvenes, y la justicia intervendrán. Todo indica que la opinión favorable se avanzará, gracias a un acuerdo entre La Libertad, el Pro, el UCR, los bloques medios y provinciales que generalmente acompañan al partido gobernante.
Un consenso frágil alrededor de 14 años y sanciones diferenciadas
La opinión, que buscará ser impuesta como una mayoría frente a otros 13 proyectos con diversos posiciones, desde mantener la edad en 16 hasta reducirla hasta 12 años, incorporará cambios en relación con el texto ejecutivo original. La propuesta de 13 años se eliminó como un límite y el nuevo umbral se estableció en 14, lo que permitió expandir el apoyo legislativo.
Además de la edad mínima, los proyectos contemplan un enfoque mixto en términos de sanciones. Se proponen medidas alternativas a la prisión para menores, como reprimendas, trabajo comunitario, enfoque y restricciones de reparación a las víctimas. La intención es compatir la necesidad de sanción con la posibilidad de reintegración social.
El tratamiento también incluyó el debate sobre el límite de las sanciones. Mientras que el proyecto oficial original estableció un máximo de 20 años de reclusión, los bloques de diálogo propusieron una parte superior de 15 años. En todos los casos, se prohíbe explícitamente la reclusión perpetua para menores.
El problema de la infraestructura: no hay presupuesto para nuevos centros
Uno de los puntos críticos del debate gira en torno a las condiciones de detención. Los legisladores de diferentes espacios advirtieron que al reducir la era de la imputabilidad, el número de menores detenidos aumentará, lo que agravaría la situación de un sistema que ya carece de una infraestructura adecuada.
A pesar de esto, el proyecto no contempla ningún elemento presupuestario para la construcción o adaptación de centros especializados para menores. Esta omisión generó preocupación en los sectores que acompañan a la iniciativa experta, y que requieren garantías mínimas para que los derechos no se violen durante el cumplimiento de las sentencias.
El partido gobernante está comprometido con una opinión mayoritaria para la iniciativa de llegar al recinto antes de las vacaciones de invierno, aunque el resultado final dependerá de cómo evolucionen los acuerdos con los bloques aliados en las próximas semanas.