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El gobierno desmantela las áreas clave

Aunque han pasado casi 50 años desde el comienzo de la última dictadura (1976-1983), las causas judiciales para la humanidad permanecen abiertas en Argentina. Actualmente, hay más de 300 casos que involucran crímenes como el secuestro, permanecen abiertos en Argentina. Actualmente, hay más de 300 casos que involucran crímenes como secuestros, tortura, desapariciones y el robo de bebés, muchos de los cuales aún no se han probado. A pesar de que transcurrió el tiempo y la caída constante de las víctimas y los acusados, estos juicios continúan. Sin embargo, la situación se complica por la falta de recursos y el desmantelamiento de áreas clave dentro de la Secretaría de Derechos Humanos del Gobierno.

Según un informe reciente de la adquisición de crímenes contra la humanidad (Procrulea), actualmente hay 14 ensayos en progreso, 63 causas elevadas a juicio y 258 en instrucción. Las dificultades son evidentes, ya que la cantidad de casos crece debido a la magnitud de los delitos cometidos. Además, la falta de jueces ha generado retrasos, ya que los jueces de subrogación se utilizan para cubrir las vacantes.

La falta de recursos ha sido una constante en los últimos años. Carolina Vilella, coordinadora del equipo legal de abuelas de Plaza de Mayo, señala que el desmantelamiento de áreas dedicadas a la defensa de los derechos humanos ha afectado el progreso de los juicios. “No hay suficientes recursos para llevar a cabo tantas causas, lo que genera demoras que afectan a las víctimas”, explica Vilella.

La continuidad de los juicios antes de un panorama adverso

A pesar de los desafíos, los juicios contra la humanidad continúan. En los primeros meses de 2025, la actividad de procedimiento se ha mantenido activa. Aunque la llegada de Javier Milei a la presidencia generó especulaciones sobre un posible freno en estos procesos, las causas han seguido su curso. La posición oficial de “memoria completa” no ha sido un obstáculo para la continuidad de los juicios.

El desmantelamiento de organismos clave, como el Registro Unificado de las Víctimas del Terrorismo del Estado (RUVTE) y el Centro Ulloa, ha generado preocupación. El fiscal de La Plata, Ana Oberlin, destaca cómo estos cambios afectan la capacidad de la justicia para avanzar con las investigaciones. “El desarme de estas agencias tiene la recopilación de información vital para los juicios”, explica Oberlin.

Según ProClosa, más de 1.200 de los 3.824 investigados han muerto desde 2006, que genera una “impunidad biológica”, según el fiscal Oberlin.

A pesar de los obstáculos, los abogados y el enjuiciamiento continúan promoviendo los juicios. Aunque no hay un final cercano por las causas, todavía se les cobra vivo y muchos crímenes para juzgar. La situación sigue siendo difícil, pero los esfuerzos para garantizar la verdad y la justicia continúan.

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