Tiene 12 años de capacitación académica: cinco de grado, cinco doctoral y dos postdoctorales. Es médico de ciencias biológicas, graduado en genética, profesor con dedicación exclusiva en la Universidad Nacional de Córdoba e investigador asistente de Conicet. Sin embargo, el salario de Leonardo Amarilla es de $ 1,300,000 y apenas es suficiente para cubrir la canasta básica, de modo que horas adicionales, como el conductor de Uber y la venta de alimentos caseros para pagar el alquiler.
“El deterioro salarial en todo lo que es la ciencia y la técnica, y sobre todo, la enseñanza, es tremendo. Perdimos más del 40% de capacidad de compra desde 2015 en Conicet”, explicó Yellow en una entrevista final de Continental Córdoba. Su testimonio refleja la crisis por la que está pasando el sector científico argentino, donde los salarios en ciencia y tecnología acumulan pérdidas del 34.7% desde noviembre de 2023 hasta abril de 2025.
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El investigador del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV) se especializa en poblaciones y genética de ecología evolutiva, tiene ingresos que apenas cubren la canasta básica: “Cobro principalmente por la universidad y una pequeña diferencia de Conicet, y digo pequeño porque son 300,000 pesos”, explicó.
Múltiple empleo para sobrevivir
La situación empeoró en diciembre del año pasado cuando el amarillo comenzó a usar la tarjeta de crédito para comprar alimentos. “Cuando tiene que aprobar la tarjeta de crédito para el almacén y luego es difícil pagar la tarjeta de crédito, comienza a interrumpir las obligaciones y necesidades básicas con la familia”, dijo.
“Estoy haciendo Uber, también cocino y vendo comida. Tengo una dedicación exclusiva de ocho horas, pero al mismo tiempo tengo que agregar cuatro horas de trabajo en estos artículos. Para mí, lo serio es que las personas tienen que tener tres o cuatro trabajo para comer y satisfacer las necesidades básicas”, explicó.
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El científico enfatizó que lleva a cabo estas actividades para cubrir los gastos que no incluyen la canasta básica: “La canasta básica no incluye una serie de cosas, como el alquiler, por lo que salgo a hacer Uber, para pagar el alquiler”.
Amarilla defendió la dignidad de todas las obras: “No le quita la dignidad o desacredita a ninguna persona, sin importar cuánto sea de la cónica, de la universidad, para hacer Uber, manejar el taxi, vender comida, porque es un trabajo más. Lo curioso es que el taxista o el que hace Uber, como el único trabajo, también tiene que manejar 12 horas para alcanzarlo”.
Impacto en el prestigio científico argentino
Paradójicamente, mientras el sector está pasando por esta crisis, Conicet mantiene su prestigio internacional. Según el documento, para el séptimo año consecutivo, lidera la clasificación de las instituciones científicas en América Latina y se encuentra 79 entre 5,000 organizaciones globales de acuerdo con la clasificación de escamas de 2025.
Para amarillo, la dentalización de la ciencia y la educación responde a un modelo intencional. “Este modelo que define una serie de cosas que sabemos que trabajaron y que funcionan en este país, conicet, inta, por nombrar algunas, me parece que hablan de lo que pretenden de esta población: mal informado, sin información para tener mano de obra barata, sin representatividad y sin pensamiento crítico”, concluyó.
La situación actual representa un retroceso histórico: la asignación de recursos estatales en ciencia y tecnología es del 0,15% del PIB, incluso menor que en 2002 (0,17%), y los salarios alcanzan los niveles comparables a los de la crisis de 2001.