En el marco de una revolución tecnológica sin precedentes, Fabio Grigorjev, director de inteligencia artificial (AI) de la startup Cordoba Evoltis, advirtió sobre el progreso exponencial de la IA y su impacto en la sociedad: “En cinco años, estaremos tan fuera de lugar como alguien del año 1,725 en el presente”.
En el último programa de Radio Continental Córdoba, Grigorjev enfatizó que sistemas como Alfafold of Google ya coinciden, e incluso exceden, el coeficiente intelectual humano en áreas como la ciencia y el razonamiento, con proyecciones de alcanzar “niveles inalcanzables para el 95% de la población en los próximos meses”.
Grigorjev planteó el escenario “bipolar” que enfrenta la humanidad: mientras que la IA podría resolver problemas complejos, como enfermedades o crisis financieras, también genera trabajo e incertidumbre ética. “Hoy la IA gana Olimpiadas de Matemáticas; pronto dominará la ciencia. El desafío es mantener el pensamiento crítico humano y definir nuestro nuevo papel”, dijo.
Ante el miedo al reemplazo de las profesiones, el experto destacó la necesidad de una adaptación “darwiniana”: “Lo más fuerte no sobrevivirá, sino el más adaptable”. Reveló que en Evolt, las posiciones ya se crean como supervisores de IA, roles que exigen habilidades blandas y capacidad de análisis.
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Además, vislumbró un “renacimiento” del humano: “La IA producirá arte y música, pero valoraremos mi propia imperfección y creatividad. Tendremos que estudiar disciplinas más humanistas”, dijo Grigorjev.
El especialista advirtió que el ritmo de la IA deja atrás la capacidad de aprendizaje humano: “En cinco años, estaremos tan fuera de lugar como alguien del año 1,725 en el presente”. Su recomendación para las nuevas generaciones fue clara: “Haga lo que apasionen, pero con flexibilidad. Elija carreras para su impacto social, no para la estabilidad del trabajo”.
Aunque destacó oportunidades como la “superabundancia económica” y las soluciones accesibles, Grigorjev instó a no caer en el “neoludismo tecnológico”: “Resistir es inútil. La clave es adoptar el cambio, pero con ojos críticos”.









