La expedición submarina ya ha terminado a lo largo de la costa argentina del Conicet y, a pesar de los esfuerzos de muchas alianzas de partidos, la estrella de Culona decidió abstenerse en este cambio electoral. Era un candidato muy potable. Nadie disfruta de una imagen sólida del 86% positiva y el 77% de conocimiento, según los datos compartidos por el consultor Zuban Córdoba unas horas después del cierre de Lista.
En realidad, hay un candidato que está muy cerca: Juan. Su presencia está calificada como “excepcional en este escenario” y con el poder de “romper las tendencias anteriores” de un voto de Córdoba que, en general, generalmente se mueve a las fuerzas nacionales, explicó Gustavo Córdoba.
Ese Juan es el ex gobernador Juan Schiaretti, quien, a pesar de no estar en la administración o ocupar un puesto, mantiene una imagen positiva en el electorado de Córdoba y en algunos distritos del país. Su nombre se repite en las encuestas de imágenes políticas. Martín Llaryora lo sabe y es por eso que puso todo el peronismo a trabajar en torno a su candidatura, en una elección que históricamente el fallo de Córdoba generalmente pierde.
Junto con otros cinco gobernadores, se formó el Frente Electoral “Provincias Unidas”. Habrá Juan para Córdoba, y durante los días se conocerán los otros candidatos en las provincias aliadas. Estas son cifras de peso, como la vicegobernadora Gisella Scaglia en Santa Fe. ¿Es una presión extra para Myriam Prunotto en Córdoba?
A nivel nacional, el espacio de los “gobernadores” ya excede los ocho puntos, dejando atrás el 6.73% que Schiaretti obtuvo como candidato presidencial en los generales de 2023. Su presencia trae una nueva palabra al debate político, que hasta ahora parecía limitado a “déficit cero o kukas”: producción. Necesitamos ver cómo cede en la práctica.
El riesgo “kuka” vs. el riesgo de “peluca”
Todas las listas aún no están cerradas. Este domingo será clave en el último momento negociaciones. Sin embargo, la mayoría de las partes ya han confirmado a sus candidatos, excepto “provincias …”, que mantiene la vista puesta en 2027. El resto parece haber armado con una “peluca de cabeza”.
En las últimas elecciones hay una notable estabilidad de la votación de Córdoba, un fenómeno que Gustavo Córdoba afirma medir durante más de 30 años. Según sus encuestas, las preferencias están “prácticamente definidas”, con muy indeciso, a pesar de la gran cantidad de aplicaciones. Sin embargo, advirtió: “Tienes que ser muy cuidadoso y paciencia con los candidatos al fondo, no va a escapar tocando los dos dígitos”.
En ese escenario, Natalia de la Sota se carga con el peso del apellido como el componente central de su marca, aunque aún persiste un alto nivel de ignorancia sobre su perfil. Con aproximadamente ocho puntos, Córdoba advirtió que la “figura de distribución” puede dejarlo fuera de los bancos con ocho y siete puntos. Además, señaló que la disputa de los votos entre Sota y Carro también podría afectar en la izquierda.
Pablo Carro se sienta en algunos estudios de televisión y argumenta que es el candidato elegido. Dentro de su fuerza, algunos dicen que San Pedro puede liderar. Esperará hasta el domingo. Muy enojado con De La Sota porque estaría robando el discurso anti FMI y anti Milei que dicen que los derechos de autor tienen.
Por su parte, Liliana Olivero, candidata del frente izquierdo, subrayó: “Estamos a la izquierda de todos los que se presentan como tal o con un discurso contra las políticas de Javier Milei”. Añadió: “Realmente votamos en contra de todas las políticas de este gobierno en defensa de los trabajadores”. Su lista está casi definida: su compañero de fórmula proviene del Consejo Estudiantil y trabaja como repartidor de solicitudes como Rappi.
El radicalismo negoció hasta el último momento con LLA para ser parte de la lista. Entregó todo en la relación a cambio de un solo lugar: el 1 en la lista. Después del conflicto con los reclusos, las discusiones fueron más difíciles. El interlocutor elegido era “Lule” Menem que en cada charla se redujo el precio de las acciones a Córdoba. Tener que dejar el sello, desde Loredo ya no era “tan atractivo” como los primeros días y seguramente iban a “presentarlo” con un proceso de ignoración en el medio de la campaña.
La decisión de Rodrigo de Loredo de salir de toda la competencia llegó el viernes por la tarde. Fue una larga semana de reuniones con la suya en su casa en el vecindario cerrado en la zona sur. “Fue una decisión muy personal de Rodrigo”, dijo un legislador fiel de su espacio y agregó que “muchos de los nuestros llegaron a preguntar que, independientemente del lugar para irse con los libertarios, increíbles”. La invitación ya circula en las salas coorigionarias, en la baja, para votar por Aurelio García Elorrio en lugar de Ramón Mestre y la Lista 3. El vecindario es otro de los “antecedentes” que puede dar una sorpresa, sin proponerlo.
Marcos Ferrer, por ahora presidente del partido, publicó en sus redes el acompañamiento del diputado radical (hasta diciembre). “Donde otros ven una renuncia, vemos la oportunidad de escribir nuestra historia”, fue el texto sobre una foto donde ven a los líderes radicales juntos.
El concepto de “riesgo de peluca”, a diferencia del “riesgo de kuka” instalado por el presidente, comienza a ganar espacio en la campaña. Gustavo Córdoba se centró en los datos de riesgo del país, que subieron a 724 puntos, “Doble lo que Macri tenía” en el mismo período.
Córdoba fue abrumador: el gobierno “se ha topado con su propia torpeza,” citando el “caso Libra” como un ejemplo de impericia. También cuestionó la estrategia oficial para responsabilizar a la sociedad cuando se anticipan las derrotas, como en Buenos Aires, contradiciendo la promesa inicial de “pintar el país de Violeta”.
Muchas listas intentan construir una historia de “antimilismo” en lugar de elevar sus propios valores. En resumen, juegan con la pelota propuesta por el gobierno y su “batalla cultural”. Según los consultores, solo un tercio de la sociedad acompaña a las medidas de Milei. Zuban Córdoba recuerda que, en las elecciones intermedias de las últimas décadas, solo en un par de ocasiones, una fuerza política superó el 40% en todo el país. Estos datos no pasan desapercibidos, especialmente para los actores del mercado, que evalúan cuidadosamente el nivel de compromiso futuro con el gobierno de Milei. El “riesgo de peluca”, es decir, la posibilidad de haber optado por demasiado a un gobierno que no cumple con las expectativas y las maldiciones su capital político, comienza a ser una verdadera preocupación para muchos de ellos.