El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, continúa con su cruzada ideológica contra las políticas progresivas o “se despierta”, dependiendo de las ideas conservadoras del movimiento MAGA (haz que los Estados Unidos vuelvan a Estados Unidos). Recientemente ordenó el desmantelamiento de las políticas de diversidad en las empresas y organismos gubernamentales, una medida se suma a otros aplicados a las universidades y las fuerzas armadas.
La batalla por la diversidad, la equidad e inclusión (DEI) parece estar dando un giro controvertido en el contexto del segundo mandato del magnate republicano. Mientras tanto, la influencia del ala conservadora del gobierno no se limita a la discursiva, sino que impregna el sector empresarial estadounidense.
Esta medida es parte de una estrategia anti -progresiva, destinada a desmantelar las políticas que promueven la diversidad en diferentes niveles sociales. Sin embargo, las puertas dentro del primer poder global se preguntan si Trump está ganando efectivamente la “batalla cultural” que propone, y lo que esta imposición significa en empresas renombradas, tanto en los Estados Unidos como en todo el mundo.
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La excusa de Trump: la “discriminación” de las políticas de “despertar”
Desde sus primeros días en la Casa Blanca, Trump fue un firme oponente de las políticas que describió como “Wake”, un término que usan él y sus seguidores para criticar los esfuerzos a favor de la inclusión y la diversidad. En 2020, Trump firmó un decreto que prohibía los programas de DEI en las agencias gubernamentales, argumentando que promovían “ideas divisivas”.
Posteriormente, extendió este ataque contra empresas privadas, calificando estas políticas como “discriminatorias” y sugiriendo que aquellas compañías que las mantuvieran podrían enfrentar consecuencias legales.
A lo largo de su presidencia, Trump utilizó una retórica incendiaria para pintar a los defensores de la diversidad como enemigos del “trabajador común”, culpándolos a promover una agenda que supuestamente favoreció a las minorías en detrimento de los hombres blancos de tamaño mediano, que son la base de su electorado que lo catapultó a la presidencia en noviembre 2024.
Donald Trump
Meta y Google, entre los cuales se acoplan a los diseños de Trump
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la influencia de Trump en las decisiones corporativas no ha sido completamente decisiva, como sugieren movimientos recientes en algunas de las empresas más grandes del mundo.
Algunas compañías, como Meta (Facebook), Google (Alphabet), Ford y Starbucks, comenzaron a reducir o incluso abandonar sus programas DEI. A nivel mundial, las empresas europeas que hacen negocios con los EE. UU. También se ha presionado para reconsiderar su compromiso con la diversidad. Volkswagen y Telekom en Alemania, por ejemplo, cortaron sus iniciativas de diversidad en los Estados Unidos y SAP incluso eliminaron la cuota femenina en sus filas.
Más allá de las empresas que estaban unidas a los diseños de Trump, un estudio en Alemania muestra una tendencia opuesta. Según el informe, publicado por DW, el 90% de las empresas encuestadas por Letter of Diversity continúan apoyando sus programas de inclusión. En todo el mundo, aunque algunas compañías, como la cadena británica de Lush, han adoptado una posición más combativa en defensa del DEI, muchas otras siguen comprometidas con la diversidad, a pesar de la presión.
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En los Estados Unidos, gigantes como Apple, Microsoft y Costco continúan apostando por una cultura empresarial inclusiva. Apple, en particular, mantiene un lema claro en su sitio web: “Porque no somos todos iguales. Y esa sigue siendo una de nuestras mayores fortalezas”. A pesar de la creciente controversia, estas compañías insisten en que su compromiso con la diversidad no está en juego.
¿Se diluye la diversidad en nombre de “pertenencia”?
Uno de los cambios más visibles en el enfoque de las grandes corporaciones fue el reemplazo de términos como “diversidad” o “equidad” para otros conceptos como “pertenencia” o “inclusión”. Según un informe del Financial Times, desde la elección de Trump en 2016, el 90% de las empresas del índice S&P 500 han disminuido las referencias explícitas a DEI en sus informes anuales, reemplazándolos con una retórica menos polarizante.
Sin embargo, Cawa YouUnosi, director de la Iniciativa de Carta de Diversidad en Alemania, dice que la mayoría de las compañías estadounidenses no han abandonado por completo sus esfuerzos en la diversidad. Según YouUnosi, el 75% de las empresas siguen comprometidas con la inclusión, aunque más discretas y menos explícitamente, para evitar el escrutinio de los detractores de las políticas “despertadas”.
Por otro lado, una cuestión clave que surge es si las empresas pueden seguir siendo diversas e inclusivas sin recurrir a los programas formales dei. En el caso de SAP, por ejemplo, aunque la compañía dejó su participación femenina, el CEO Christian Klein ha afirmado que la diversidad sigue siendo una prioridad dentro de la compañía, especialmente en áreas como la inclusión de personas con discapacidades.
Este es un punto importante: ¿pueden las empresas ser inclusivas sin seguir los programas tradicionales de Dei? La respuesta parece ser, aunque muchos expertos señalan que estos esfuerzos no siempre se traducen en cambios estructurales reales sin políticas claras y medidas específicas. Sin los programas DEI, las empresas podrían caer en una falsa sensación de inclusión, sin abordar las disparidades sistémicas que existen en sus lugares de trabajo.
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El fenómeno “anti-despaudado” en el ejército
La retórica “anti-despierta” de Trump no se limitó a las empresas. Su discurso también cayó profundamente en el ejército. En un discurso pronunciado en la Academia Militar de West Point, Trump criticó las iniciativas que promovieron la integración y la diversidad dentro del ejército, afirmando que había “liberado” las tropas de entrenamiento “divisivas”. Su visión de un ejército “unido” se ha centrado en la eliminación de cualquier política que considerara de una naturaleza divisiva, como iniciativas a favor de los derechos de las personas transgénero en las fuerzas armadas.
Este enfoque se ha extendido a su apoyo a las políticas “anti-desplazadas” en varias ramas del gobierno y la sociedad, donde la lucha por la “liberación” de las empresas y el ejército de lo que Trump llama “ideología progresiva” ha encontrado un amplio eco entre sus seguidores.
CD / GI