Siete meses después de la muerte de Beatriz Sarlo, la disputa por su herencia continúa creciendo y agregó un nuevo protagonista. Esta es su prima, Ernestina Susana del Río, quien apareció ante la justicia como “la única heredera”, dijo el Departamento de Caballito, donde el intelectual vivió hasta su muerte y rechazó las órdenes de Alberto Sato, esposo de Sarlo, y Melanio Alberto Meza López, la persona a cargo de su edificio.
Su relación lo convierte en una heredera colateral, de acuerdo con el Artículo 2434 del Código Civil y Comercial, pero pidió desestimar el reclamo de sucesión de Sato como la “única heredera”. Según su abogado, Sarlo y su esposo se separaron desde 1984, y la escritora mantuvo una relación estable con Rafael Filippelli hasta su muerte en 2023. Además, desafió la voluntad presentada por Meza López, que considera sin validez legal.
El representante legal de Del Río, Sonia de Elizalde, advirtió que el resumen de la escritura atribuida a Sarlo “no contiene ninguna expresión que denuncie una disposición o voluntad patrimonial clara para instituir heredero”. Para el abogado, el documento implica solo una comisión afectiva: la “atención” del departamento y el gato niní.
Estos no les gustan los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Es por eso que molesta a quienes creen que son los dueños de la verdad.
El Departamento de Beatriz Sarlo fue allanado y cerrado: desconfianza de la supuesta desaparición de objetos
“En el caso de un escritor y ensayista reconocido, no es razonable pensar que una persona de dicha capacitación y trayectoria usaría un lenguaje tan informal e impreciso si su voluntad hubiera probado efectivamente”, argumentó el abogado en la presentación.
¿Quién es el primo de Beatriz Sarlo y cuál era su vínculo con el escritor?
Ernestina Susana del Río, de 87 años, es arquitecta y vive en Viedma. Ella es la hija de Jorge del Río, tío materno de Beatriz Sarlo, a quien el escritor describe en sus memorias como “el peronista de la familia”. En su último libro, no entiendo. Recuerdos de un intelectual, Sarlo dedica un pasaje emocional a su primo Susana, a quien define como uno de sus “maestros”.
“Querida Susana, la última vez que nos vimos a mediados de los setenta, en una triste circunstancia. Pero no creas que esta es la única imagen que guarda. Tengo muchas imágenes ligeras. Te recuerdo como el primo que planteó mi fascinación con la arquitectura. Y hoy parece agradecerte”, escribió Sarlo en una carta incluida en su libro.
Mientras él cuenta, durante su infancia solía observarla para trabajar en casa, ubicada en Tronador Street. “Trabajaste en el Altillo y me detuve al lado de tu tabla, colocado a la izquierda de la ventana desde la cual se veía el jardín delantero, para mirar cómo dibujaste, cómo deslizaste la regla R y usaste las barras, o cómo armaste los modelos para las ‘entregas’, recuerda el escritor.
Un joven Beatriz Sarlo.
“Escuché el nombre de Le Corbusier por primera vez en mi vida en ese altillo. Después de esa iniciación, mi interés en la arquitectura nunca disminuyó hasta hoy. Por eso, te lo atribuyo y te agradezco”, te dedica Sarlo.
El vínculo entre los dos era estrecho en la infancia y la adolescencia. “Me pedí que cortara figuras geométricas o doblara cartas de color”, recuerda. “Si se introdujera alguna corrección drástica, sentí que también me estaban corrigiendo, ya que durante todo el proceso di de pequeñas opiniones fundadas que mi primo escuchó como posible capacitación futura ante un cliente tonto imaginario, amarre o demasiado convencional”.
“Fue un festival cuando mi primo preparó los exámenes de historia de la historia”, agrega Sarlo. También menciona que Del Río, a pesar de su sensibilidad artística y formación universitaria, no viajó a Europa porque lo consideraba una fantasía lejana. “Arquitecto de la UBA, diseñador desde su graduación, sensible al arte y la música, económicamente independiente, soltero y sin hijos … esa mujer no viajó a Europa en los años sesenta o setenta”, lamenta.
La Cámara de Apelaciones revocó la exclusión del esposo de Beatriz Sarlo de su herencia y separó al juez a cargo
La disputa sobre la herencia de Beatriz Sarlo
La batalla judicial por los activos de Sarlo tiene como su epicentro, el departamento ubicado en Calle Hidalgo 140, en Caballito, donde vivió hasta su muerte. En los últimos meses, esa propiedad se convirtió en el foco de tensiones judiciales, quejas y operativas. Sin embargo, el resto de elementos que componen su herenciacomo el dinero en los bancos y los derechos intelectuales del trabajo del escritor.
Meza López, a cargo del edificio donde vivía el escritor, afirma ser el heredero legítimo de la propiedad Hidalgo. Para apoyar su reclamo, presentó dos tarjetas escritas a mano que, como sostiene, Sarlo lo habría dejado. En uno de ellos, la autora le confió el cuidado del departamento y su gato niní. Sin embargo, la validez legal de estos documentos aún está bajo análisis judicial.
Paralelamente, Sato también interviene como un posible heredero. Se casó con Sarlo en 1966 y aunque se separaron en los años setenta, nunca se divorciaron. Desde 1984, el intelectual mantuvo una relación estable con el cineasta Rafael Filippelli, quien murió en 2023. Por esta razón, podría separarse como un sucesor.
Controversia para la herencia de Beatriz Sarlo: la persona a cargo del edificio donde vivió reclama su departamento
Si Sato está fuera de la sucesión y el testamento de Meza López se reconoce como válido, del río el Departamento de Talcahuano, el dinero y los derechos intelectuales de Sarlo podrían heredar. Incluso podría reclamar libros y pertenencias que los amigos del escritor se retiraron después de su muerte. Por otro lado, si la justicia considera que el término “saliendo a cargo” no implica una transferencia de dominio, también podría acceder al Departamento de Hidalgo, hoy habitado por Niní e ITIS, la mascota del gerente.
Mientras el caso progresa, el Tribunal Civil No. 24 ordenó la intervención de la propiedad después de una queja por posibles irregularidades. La policía de la ciudad hizo una búsqueda, cambió la cerradura y preparó un inventario completo de los elementos dentro. En ese momento, Meza López y su compañero estaban en su lugar, y su presencia generó tensión durante el procedimiento, llevada a cabo bajo una reserva estricta.