En las últimas horas, los medios nacionales publicaron las primeras fotos de los restos encontrados en la casa donde vivía el músico.
Después del hallazgo de restos humanos en una antigua casa en el barrio de Buenos Aires de Coghlan, donde el músico Gustavo Cerati residió entre 2001 y 2003, la justicia avanza en una investigación cargada de incógnitas. En las últimas horas, TN publicó las primeras imágenes de las piezas de huesos que se encuentran en el sitio después de la demolición de la casa.
Las fotografías, presentadas por el periodista Rodrigo Alegre, muestran parte de las más de 150 piezas de hueso recuperadas, incluidas piezas dentales, fragmentos de huesos, una suela de calzado y un reloj digital Casio, un modelo calculador, que podría convertirse en una clave central para determinar la fecha del entierro.
Según fuentes judiciales citadas por TN Show, la hipótesis de un posible homicidio se convierte en fuerza, y el aspecto apunta a una familia vecina que vive el límite de la propiedad desde los años 70. De hecho, los restos se encontraron en una tumba de 1,20 metros de largo por 60 centímetros de ancho, Cavada justo sobre el mediador que separa la casa demolida del próximo chalet.
En esa casa, una mujer de aproximadamente 90 años, la madre de dos hijos está viviendo actualmente: una reside en el interior del país y la otra a pocos metros del lugar. Aunque no hay imputaciones formales, el entorno familiar permaneció en el centro de la especulación judicial.
“El hecho de enterrar a una persona fuera del sistema legal es un delito. Nadie lo hace en la parte inferior de su casa sin una razón extraña. Mucho menos en el centro urbano, en los años 90. Es muy sospechoso”, fuentes cercanas al fiscal Martín López Perrando Slide, jefe de la oficina del fiscal nacional en el fiscal de la oficina criminal y correccional no 61. 61.
El reloj, una pista clave que marca un giro en la causa
Uno de los elementos que más llamó la atención de los investigadores es el reloj Casio CA-90 Casio, un reloj clásico con una calculadora que se comercializó entre 1981 y 1982, pero que no llegó al país hasta al menos una década después.
“Ese modelo se vendió en Argentina solo en 1992. A través del número de serie, pudimos establecer su fecha de distribución. Es decir, ese reloj no podría haber sido enterrado antes de ese año”, confirmaron en la oficina del fiscal.
En este momento, el resultado del análisis forense en el hueso permanece y la revisión completa de los registros de las personas que habitaban tanto la casa demolida como las propiedades límite, con el objetivo de establecer una posible identidad de la víctima.
Mientras tanto, el hallazgo permanece rodeado de misterio, en un escenario que, por su pasado vinculado a una figura icónica como Cerati, agregó aún más atención pública y de los medios al caso.
Restos humanos