El próximo domingo, cuando se celebra el Día del Niño, la defensa de que el gobierno nacional formalizó a través del Decreto 562/2025 en el reemplazo del “Día del Niño”, los especialistas en desarrollo de los niños proponen una revolución silenciosa: desconectar las pantallas para reconectarse con los niños.
Mariana Savid, especialista en neuroeducación, presentó una propuesta categórica para esta celebración de 2025: “Desconecte la pantalla. Conecte a la familia a través del juego y con juguetes”, el lema que impulsa la Cámara Argentina de la Industria de Juguetes (CAIJ).
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“Los niños no necesitan más estímulos digitales; necesitan miradas para contenerlos, manos que los guían y el tiempo para validarlos”, dijo Savid a Córdoba Perfil. “Cuando bajamos nuestro ritmo y nos adaptamos a su mundo, sin prisa, sin notificaciones que interrumpimos, les enseñamos que son nuestra prioridad”, agregó el especialista.
El contexto alarmante del uso de pantallas
Los datos sobre la exposición digital de los niños en Argentina respaldan la urgencia de esta propuesta. A Estudio realizado por UNICEF y UNESCO Con niños entre 9 y 17 años de todo el país, mostró las características de una generación hiperconectada. El 46% reconoció que el tiempo frente a las pantallas genera problemas, como el rendimiento de la escuela inferior.
Según las estadísticas del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el 44% de los padres encuestados dicen que su hijo usa dispositivos electrónicos entre 2 y 5 horas por día. Y 23.4% que lo usa más de 5 horas por día.
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“En un mundo hiperconectado, donde las pantallas absorben nuestra atención y los enlaces de fragmentos, el día de la infancia surge como una oportunidad para detenerse, respirar y volver a conectarse con lo esencial: el contacto humano”, dice Savid.
La revolución simple
El especialista propone recuperar actividades que considera “actos revolucionarios” en la era digital: “Un giro, un rompecabezas, un juego de dominó o un juego de cuerda pueden ser actos revolucionarios. Estos juegos no solo fomentan la paciencia y la estrategia, sino que se obligan a mirar, reír, esperar, esperar, las habilidades que las pantallas suplantan con respuestas inmediatas”.
Para Savid, participar activamente sin el teléfono celular en la mano envía un mensaje claro: “Estoy aquí, para usted y con usted, sin distracciones”. La propuesta incluye la recuperación de “juegos de antes” que los adultos disfrutaron en su infancia, desde el diálogo con la mímica hasta la construcción de vecindarios, utilizando la nostalgia como un “puente generacional”.
Un pacto familiar contra la hiperconectividad
Como una estrategia a largo plazo, Psychopedagogue propone implementar un “pacto familiar de restablecimiento” que incluya espacios libres de pantallas, como la mesa o la sala de juegos; horarios sagrados donde “de 18 a 20 horas somos solo nosotros”; y priorizar los juguetes físicos como la primera opción, reservando lo digital para momentos excepcionales.
“El juego real, el que estimula el desarrollo cognitivo, emocional y social, ocurre cuando estamos completamente disponibles”, dijo Savid.
Y concluyó: “La infancia pasa rápidamente, pero los recuerdos de las canciones inventadas, las torres de almohadas y las risas cómplices duran.