Hay algo nuevo que deja esta Copa Mundial de Club que está a punto de terminar. Al menos algo nuevo para Argentina y América Latina: es Dazn, o el punto de inflexión que marcó la historia de las transmisiones de fútbol. La irrupción masiva de esa plataforma fue la novedad y la forma en que FIFA encontró tratar de modificar la forma en que el contenido deportivo se distribuye a nivel mundial.
En solo unas horas, Dazn pasó de ser casi invisible en el ecosistema digital argentino para instalarse en teléfonos, computadoras y televisores. La boca de la boca funcionó como una herramienta de difusión principal, y los usuarios recomiendan que la aplicación acceda al campeonato sin costo, legalmente y con buena calidad. El comienzo del torneo con la presencia de Lionel Messi encendió el interés, que luego se extendió con los partidos de Boca y River. El efecto fue inmediato, con los picos de búsqueda de Google coincidiendo con esas reuniones.
En un mercado acostumbrado a buscar carreteras alternativas, que las multinacionales insisten en definir como “ilegales”, para ver el fútbol sin pagar, la posibilidad de acceder a todas las reuniones de forma gratuita incluso aquellos que están acostumbrados al consumo en línea. La comparación con otros eventos recientes, como la visualización masiva de los Juegos Olímpicos a través de Claro Sports de YouTube, fue inevitable. Como en esa ocasión, el vínculo entre la marca y el evento se volvió casi automático: para ver la Copa Mundial del Club, la aplicación fue Dazn.
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El investigador Martín Becerra celebró en el boletín publicado por la escuela deportiva que la FIFA buscó una plataforma de gama global que pudiera replicar el modelo que la MLS estableció con Apple, dando todas las coincidencias a un solo servicio de distribución. Además, la necesidad de hacer visible un nuevo torneo, como la Copa Mundial de Clubes, coincidió con los objetivos de expansión de Dazn, especialmente en mercados como Argentina y Estados Unidos.
No hay duda de que no era el altruismo, sino una estrategia de marketing imposible de mantener en el futuro. Debido a que los ingresos publicitarios aumentaron exponencialmente y en Argentina podrían vender sublicencias a Telefe, Directv y Disney, no hay forma de que Dazn se haya recuperado con esos artículos los mil millones de dólares que pagó por los derechos de la Copa Mundial de Clubes.
Lo que hizo es posicionarse como una plataforma de referencia con un ojo en la Copa Mundial 2026. Su apuesta intenta capturar al público que ya consume fútbol en plataformas digitales y que no lo tenía en su radar. En Argentina y América Latina en general, Dazn era una plataforma más conocida que para el fútbol.
Pero la masa lograda en este mes también se explica por el contexto actual de la industria del balón. En esta década, Dazn había crecido, además del boxeo, para una serie de acuerdos con las principales casas internacionales de apuestas. De hecho, era imposible ver la Copa Mundial de Clubes sin aparecer sin ninguna de esas compañías: en los camisetas t, en publicidad estática o en los enchufes de las transmisiones. Al negocio se agrega la geopolítica: hace menos de un año que la plataforma que transmitió la Copa Mundial del Club firmó un acuerdo con la autoridad general del entretenimiento de Arabia Saudita. Nunca terminó de confirmar, pero el Fondo de Inversión Pública Saudita (PIF) estaba interesada en la compra de la Compañía. Algo que no es extraño: en la próxima década, los petrodólares de Arabia volarán sobre todo el fútbol global.