Cross Fire entre LLA y Pro: La campaña de Buenos Aires comenzó con enfrentamientos y la intervención de Milei y Macri

El presidente y su predecesor estuvieron involucrados en la oferta clave de la ciudad; Mientras que los libertarios quieren nacionalizar la lucha, Macrismo apuesta a municipalizar el debate; Santoro le dará un enfoque local y despegará del pasante de Kirchnerist.
Mauricio Macri lanzó esta semana: “La falta de apego a la institucionalidad comienza a afectar el plan económico”. A su vez, María Eugenia Vidal interrogó a Karina Milei: “Cualquier división como la que aumentó la libertad (LLA) en la ciudad es funcional para el kirchnerismo”. Javier Milei cruzó la cabeza del gobierno de Buenos Aires: “Creo que es extraño en el que Jorge Macri ha sido manejado”. Y el jefe del gabinete, Guillermo Francos, lanzó directamente: “Pro tiene miedo de perder su dominio”.
Fueron los primeros flashes verbales de lo que se vislumbra como una campaña candente entre Freedom Advances y Pro en la ciudad. Una “guerra sucia” que comenzó con la formalización de los candidatos y se extenderá hasta el 18 de mayo, cuando los Buenos Aires van a las urnas. Nunca una elección para renovar la mitad de la legislatura local había aumentado tal interés y volumen político.
No hay duda de que, con la capital como campo de batalla, LLA y Pro se trenzarán en una disputa en la que los amarillos defenderán su hegemonía a nivel local con clavos y dientes y los libertarios buscarán desaprobar el macrismo en su hogar de padres.
Será una pelea que irradiará a todo el país y sembrará dudas sobre lo que vendrá. Está claro que el resultado tendrá un eco nacional y causará un efecto decisivo en la carrera hacia octubre. No solo porque el mejor posicionado se fortalecerá frente a la negociación de listas o alianzas para legislativas, sino porque el fuego cruzado en la campaña de Buenos Aires podría dejar lesiones. Después de tal daño mutuo: ¿pueden ambas partes aliarse, según lo planeado, en la provincia de Buenos Aires para lidiar con el kirchnerismo? Es el miedo a los referentes de ambos espacios que militan para una convergencia más allá del general Paz.
El Gobierno, de hecho, ha planeado nacionalizar la campaña Buenos Aires de LLA. Los consignas que Javier Milei condujo a su gerencia nacional serán la columna vertebral de la narrativa proselitista: la motosierra, el fin de los privilegios de la política, la reducción del estado a nivel local. La cara visible de la campaña será el primer candidato para el legislador de Buenos Aires, Manuel Adorni, quien no renunciará a su puesto como portavoz presidencial y continuamente caminará desde la Casa Rosa a los vecindarios y desde los vecindarios a la Casa Rosada.
Se descuenta que los ministros de mayor recaudación del gabinete, como Patricia Bullrich (seguridad) o Luis Caputo (economía), que en la ciudad miden bien a pesar de las fuertes preguntas de la oposición, pondrán el cuerpo en la campaña. Milei también se involucrará completamente. Karina, como la principal armadura del jefe de la fiesta y la campaña, y Javier, desde lo discursivo y con posibles descensos a los vecindarios, que aún no están confirmados.
La clave, los libertarios creen que será el norte de la ciudad. Esto se debe a que, como en 2023, la propuesta de los libertarios tiene un mejor desempeño en los barrios del sur. El corredor Norte, por otro lado, siempre fue el núcleo duro de Pro, una hegemonía que ahora va a tratar de disputar.
Mauricio Macri también se puso a la vanguardia de la campaña de su partido. No solo se involucró en la asamblea de la lista local, sino que salió a recorrer los vecindarios de Buenos Aires para hablar con los vecinos. Además, aumentó su confrontación con el gobierno y profundizó sus críticas al “triángulo de hierro”. “Estamos haciendo cosas que están en contra del esfuerzo que los argentinos están acompañando”, dijo el jefe de profesional, durante su visita al comercio de Córdoba. Allí, habló sin filtros: cuestionó la falta de “apego” a la institucionalidad de Milei y dijo que “rescató” en el Congreso a Milei cada vez que estaba “al borde del abismo para que el plan (económico) no vaya al demonio”.
Pro no solo pondrá a su fundador en primer plano, sino que llevará a la corte a sus principales pinturas locales, como María Eugenia Vidal (que eligió no estar en la boleta electoral y ser el líder de la campaña), Hernán Lombardi y Laura Alonso, quien después de ocupar los bancos y puestos nacionales ahora será candidatos para los legisladores.
La nacionalización de la campaña que se hará y se contrasta con la estrategia de otras fuerzas políticas que conforman la oferta electoral de Buenos Aires con buenas oportunidades. El peronismo, por ejemplo, tendrá como protagonista indiscutible de la campaña el primer candidato para el legislador espacial, Leandro Santoro, en una alianza que se registró como Buenos Aires ahora. Buscará exhibir los déficits de gestión de Jorge Macri y abordar los problemas locales: basura, transporte, integración social. No hay señales, por ahora, de que el jefe del PJ en todo el país, Cristina Kirchner, se involucra en la campaña del peronismo en la ciudad, con un electorado que siempre fue refractario al kirchnerismo.
De hecho, Juan Manuel Olmos, el gran promotor de la solicitud de Santoro, que intenta usar la elección local como trampolín para luchar por la sucesión de Jorge Macri en 2027, negoció con Pro para anticipar la fecha de las elecciones en la ciudad para mayo a cambio de que el bloque peronista acompañe la suspensión del PASO. Ahora, después de 17 años de administración profesional y gracias a la ruptura entre macristas y libertarios, el peronismo siente que está en condiciones de ser la fuerza más votada en el emblemático bastión amarillo.