Estalló una fuerte controversia en Itatí, a 72 kilómetros de la capital de Correntina, luego de la recolección de un “peaje” para la entrada a la ciudad.
La medida se implementa en el marco de la peregrinación 125 a la Basílica de la Virgen de Itatí, un evento que este miércoles 16 de julio se congregará a miles de fieles por la coronación pontificia de la Virgen. La situación ha generado un intenso debate entre vecinos y turistas.
Una ordenanza municipal bajo la lupa
La controversia surge de la Ordenanza Municipal No. 3/2025, que establece una tarifa para automóviles privados y transporte público. Aunque el Secretario de Turismo y Cultura de Itatí, Juan Castillo, dijo que la ordenanza gobierna a partir del martes, varias voces aseguran que la colección del municipio comenzó la semana pasada.
“Solo los grupos estaban cobrando, pero no vehículos privados”, dijo Castillo en diálogo con la radio Sur América, tratando de aclarar la situación.
Sin embargo, su justificación sobre la obligación anual de este cargo y la atribución de quejas al “año electoral” de Corrientes no lograron disipar las críticas. “Como es un año político, se muestran muchas cosas”, dijo.
Cuando se le preguntó sobre el concepto de “peaje”, el funcionario insistió en que “siempre se le cobró” durante las festividades y que la suma establecida debe pagarse en la puerta de ingresos.
Las cantidades y el impacto en los fieles
Según la ordenanza municipal, los montos establecidos son significativos:
Un automóvil privado debe pagar 5,000 pesos por día.
Los residentes de Minibus Transport pagarán 10,000 pesos por viaje.
El minibús no residente debe pagar 20,000 pesos por viaje.
Un colectivo o camión enfrentará un costo de 30,000 pesos por día.
Como el perfil de NEA podría saber, esta medida ya afecta directamente los bolsillos de los fieles. Los transportistas que están trasladando a los peregrinos a Itatí en estos días se vieron obligados a transferir el costo de este “peaje” a los pasajes, que actualmente alcanzan 10,000 pesos por viaje.
Esta situación agrega una barrera económica a la devoción popular, generando aún más incomodidad en la anterior de las celebraciones religiosas más importantes de la provincia.