Cómo pusieron a Francisco en la grieta

La muerte del Papa Francisco, el Papa de los Pobres, como le gustaba ser llamado, abogando por una iglesia que sirvió a los marginados y vulnerables, genera impacto no solo por su desaparición física sino también por su legado espiritual. Su predicación no pasó desapercibida en el mundo.
Argentina debe ser uno de los lugares donde fue más discutido. Al comienzo de su mandato, nuestra sociedad lo apoyó por completo. En nuestro estudio de 2013, el 97% lo valoró positivamente. En esa misma encuesta registramos una sociedad que, como hoy, se dividió en temas como el aborto y el matrimonio homosexual, pero no cuestionamos al Papa.
Con el paso del tiempo, con Macri y especialmente con Milei en el gobierno, la imagen de Francisco entró en la grieta política. Si bien pocos lo evaluaron negativamente, muchos prefirieron no responder en lugar de devaluar su imagen.
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Por lo tanto, en 2018 el 54% lo pensó y solo el 29% negativamente, mientras que en 2024 el 46% lo apoyó y solo el 30% lo negó. Es probable que en una medición actual, antes de la muerte, los porcentajes positivos crecen. Pero las controversias sobre los valores continuarán. Ya no es solo una discusión sobre la doctrina de Aggiornada de la Iglesia.
La batalla cultural encabezada por Milei contra lo que llama al trabajo incluye el pensamiento del Papa. Por lo tanto, antes de honrarlo, el presidente dice que lo hace “a pesar de sus diferencias”. Entonces debemos preguntarnos si los valores que Francisco encarnó impregnarán con más fuerza en nuestra sociedad o persistirán la grieta.
Si, como planteó el Papa, los valores se refieren a la justicia social, la humildad y el compromiso con los más necesitados o prevalecerán a los que se refieren al individualismo, la demanda de un estado mínimo y la cuidado del destino del vecino.
Gran parte de la respuesta es joven, el único segmento de edad que acompaña a Milei.
Electoralmente, era el sector en el que apoyaba avanzar en el grupo social. Al contrario de lo que sucedió en otras ocasiones, los padres siguieron el voto de los niños. Pero la opinión de los jóvenes no acompaña al presidente en todo. Aunque criticó a Francisco más de una vez, los jóvenes pensaron positivamente sobre el Papa.
El voto joven parece más una expresión de rebelión contra el liderazgo anterior y tener expectativas sobre la economía que a favor de comprar todo el contenido cultural libertario.
Hay problemas en los que los jóvenes se alejan del presidente y de otros en los que se acercan. No comparten con Milei el ataque al trabajo o los presupuestados a las universidades, ni la forma en que se comporta en relación con los jubilados, ni los prejuicios con el matrimonio homosexual. Pero han dividido opiniones en relación con si el estado debe tener una actitud activa con respecto a ayudar a las personas y las empresas.
En los Estados Unidos, el fenómeno del joven voto de Trump parece ser similar. Los sociólogos como Mike Hout y Ethan Fosse han demostrado “que en una amplia gama de temas sociales, como la división del trabajo doméstico entre hombres y mujeres, la moral de la homosexualidad, las opiniones sobre el castigo corporal y los sentimientos sobre la oración en la escuela en la escuela anterior es que los estadounidenses nacieron cada año, sucesivos, se expresan ligeramente más actitudes tolerantes. Eso en el anterior.
*Consultor y analista político.