El 1 de enero, el nuevo régimen de transparencia fiscal entró en vigor, parte de la Ley No. 27,743 de medidas fiscales paliativas y relevantes, reguladas por el decreto 658/24. Esta regulación establece que todas las empresas deben discriminar el impuesto al valor agregado (IVA) y otros impuestos nacionales en facturas y boletos para los consumidores finales.
La nueva disposición representa un cambio significativo en la operación diaria de las PYME argentinas, un motor de crecimiento económico de nuestro país, que representa de acuerdo con los datos del Ministerio de Economía del Año 2023 99.4% del total de empresas en el país y el 64% del empleo registrado modifican sus sistemas de facturación y exhibición de precios. Las nuevas regulaciones requieren no solo la discriminación detallada de los impuestos en los cupones, sino que también prohíbe el uso de términos como “gratuitos” en los servicios fiscales, buscando una mayor transparencia en la formación de precios.
Además, establece reglas específicas para la exposición de precios, garantizando que reflejen claramente las cargas fiscales asociadas, buscando capacitar a los consumidores para que puedan tener una visión más precisa del costo fiscal de los productos y servicios y, en última instancia, cómo los impuestos afectan los precios finales.
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Si bien los grandes contribuyentes ya están obligados a implementar estos cambios desde el 1 de enero de 2025, las PYME tienen un período prolongado hasta el 1 de abril para llevar a cabo las adaptaciones necesarias en sus sistemas y procesos. En este contexto, las empresas deben actualizar sus procesos y sistemas de gestión para satisfacer estas nuevas demandas. La digitalización y la automatización de los procesos ya no es una opción, sino la necesidad de garantizar el cumplimiento regulatorio.
Las transformaciones clave para las PYME
El artículo 39 de la Liva fue reformulado para exigir la discriminación del IVA en las operaciones con los consumidores finales. Los contribuyentes, incluidos los monotritas y los pequeños contribuyentes, también se alcanzarán por esta obligación, lo que afecta directamente a las PYME.
La obligación de romper el IVA en todas las operaciones con los consumidores finales representa una transformación profunda en el camino a la factura, ya que hasta ahora muchos sectores no estaban obligados a llevar a cabo esta discriminación. Las empresas deben invertir en la actualización de sus sistemas de gestión, considerando no solo el costo del software necesario sino también la capacitación del personal para su implementación y uso correctos.
Las nuevas regulaciones también establecen detalles importantes sobre los conceptos que no integran la base impositiva del impuesto. Si bien permite omitir la discriminación del IVA en ciertas operaciones específicas, mantiene lo obligatorio para las ventas a los consumidores finales. Este aspecto requiere una atención especial de las PYME, que deben revisar sus procedimientos para garantizar que tanto los impuestos internos como otros conceptos fiscales se documenten correctamente en cada operación comercial.
Transparencia fiscal: ¿qué consecuencias podrían enfrentar un comercio si no detalla los impuestos en el boleto de compra?
Por otro lado, la forma de calcular el crédito fiscal se modifica en los planes de reembolso de asistencia médica, aplicando un coeficiente basado en la alícuota del IVA y estableciendo límites en la proporción que se puede calcular.
Un cambio particularmente relevante afecta al sector editorial, donde se elimina el tratamiento diferencial del IVA para publicaciones periódicas en formato físico. Esta modificación mantiene beneficios solo para publicaciones digitales que cumplen con ciertas escalas de facturación. Para las empresas dedicadas a la producción de contenido impreso, este cambio podría implicar un aumento significativo en sus costos operativos.
El nuevo régimen de transparencia fiscal requiere una actualización significativa en la gestión administrativa de las PYME. Los empresarios deben mantener un diálogo constante con sus asesores contables e informarse a través de fuentes oficiales, así como evaluar la implementación de herramientas tecnológicas que facilitan esta transición.
Por su parte, los consumidores también experimentarán un proceso de adaptación, beneficiándose de información más clara y detallada sobre la composición de los precios. Cuando las empresas logran adaptarse a las nuevas reglas del juego, una gran parte del motor de crecimiento económico de nuestro país dará un paso adelante hacia un futuro más competitivo y transparente.
*Vicepresidente de profesionales de impuestos para Thomson Reuters South Latam









