CFK mantiene la precaución y el cristianismo reduce el precio a Axel

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner reaparecerá el próximo fin de semana en la provincia de Corrientes, para apoyar al candidato para el gobierno del peronismo local, Martín Ascúa.
Los gestos no son casuales. Cristina sabe que sin “unidad” apenas hay triunfo en octubre. Las elecciones provinciales que han estado sucediendo (Jujuy, Salta, San Luis, Chaco, Caba) son pruebas de esto y, excepto en el territorio de Buenos Aires, donde se impusieron los libertarios, se impusieron funcionarios locales. Si se observa peronismo, su oferta electoral siempre se fragmentó.
Con el traje de su conductor de la PJ nacional, Cristina reaparecerá en la escena pública, después de hablar el 25 de mayo, cuando cumpla con un nuevo aniversario de la suposición de Nestor Kirchner, y unos días después de que Máxima se muestre con el alcalde de Moreno, Mariel Fernández.
Estos no les gustan los autoritarios
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Cristina sabe que Buenos Aires es históricamente “nacionalizada”. Que la “agenda” de Buenos Aires se superpone en las discusiones para el curso del país. Pero además, él sabe que a pesar de la disminución de la inflación y la quietud del dólar, el talón de Aquiles de Milei sigue siendo la economía, y las víctimas que las políticas libertarias han estado produciendo.
Por lo tanto, en octubre, plebiscito la gestión de Milei, precisamente en el territorio donde se sienten las políticas de ajuste y apertura más importantes: en la provincia de Buenos Aires.
El dos veces presidente tenso al máximo su vínculo con Kicillof, quien ayer lanzó su propio espacio político y busca emancipar su liderazgo. Aun así, evitó enfrentarlo directamente. La discusión del calendario de Buenos Aires condujo al peronismo al borde de la fractura. CFK demostró que podría ser candidato en la tercera sección, el territorio en el que su figura aún conserva una fuerte adhesión. Por ahora, nadie da crédito a esa versión.
A su vez, continúa lejos de Kicillof y está molesto por el desafío involucrado en el desarrollo. Es por eso que envió a Máximo a negociar, aunque por ahora las conversaciones no tienen éxito. Su hijo no puede doblar al gobernador. Los líderes cercanos a ella, como Teresa García, no pierden la oportunidad de aplastar la decisión unilateral de desarrollar. El diputado provincial de La Matanza, Facundo Tignanelli, es otro de los portavoces regulares.
Las últimas señales que dan del entorno de Kicillof (más allá de eso, ayer moderada) se leyeron en el cristianismo como un desafío y como una voluntad de romperse. Carlos Bianco habló que los legisladores del peronismo deberían apoyar al gobernador “sin el suyo”. Una frase que no parecía conciliadora. “La declaración de Bianco no se entiende”, dijo ayer el diputado camorista Facundo Tignnellli en declaraciones de radio.
Ayer, después del imponente acto de Kiclllof, el cristianismo decidió permanecer en silencio, pero no salvó gestos o mensajes con críticas, sino bajo la reserva de la fuente. Los elocuentes fueron los puestos de Mayra Mendoza en sus redes. Tours de gestión de su territorio y ninguno para el acto llevado a cabo por Kicillof. Un hecho no pasó desapercibido en el campamento cristiano: el video que Kicillof proyectó al comienzo del acto no mostró a Cristina. Sí a Nestor Kirchner, Perón, Avita e incluso Antonio Cafiero. Ese hecho fue el más comentado ayer por la tarde por el cristianismo. “Desangelado” fue uno de los adjetivos que se escucharon bajo el bajo. “¿Qué volverá a contribuir o qué cosas lo diferencian del resto de las propuestas del kirchnerismo?” Preguntó un líder senior vinculado a CFK que se asegure de que el gobernador diga “cosas que incluso Cristina dice”. Para la fuente, al final, “las nuevas canciones resultaron ser portadas mal tocadas”.
Las elecciones de octubre no serán un hecho menor para Cristina: buscará mantener no solo su poder de influencia en la provincia de Buenos Aires, también tiene la intención de continuar tallando en el Congreso, y más especialmente en el Senado, donde responden la gran mayoría de los 34 senadores.