El campeón mundial vistió nuevamente la camisa azul y dorada y fue clave para la reacción del equipo. Entró en un momento caluroso, asistió a Di Lolol y fue el eje de fútbol en el 1-1 contra Unión.
El viernes en Brandsen 805 tenía su propio nombre: Leandro Paredes. En su liberación oficial con la camisa de Boca, el centrocampista campeón mundial ingresó a la segunda mitad contra Unión, en un momento crítico, y cambió el curso del equipo. Asistió desde una esquina hasta Lautaro di Lolol para el empate 1-1 y dejó una gran imagen en solo 32 minutos de juego.
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Paredes comenzó el juego en el banco después de ser convocado por primera vez desde su regreso. La falta de fútbol en el centro del campo obligó a Miguel Ángel Russo a mover el banco después de que el gol de Cristian Tarragona, y el ex Roma, PSG y Juventus entraron con Edinson Cavani y Juan Barinaga para cambiar la cara a una boca que parecía perdidas.
Desde su entrada, el impacto fue instantáneo: liderazgo, claridad, pase vertical y conducción. Fue posicionado como eje entre las centrales, con Battaglia a su izquierda y Alarcón a su derecha, y empujó al equipo hacia adelante. Boca lo sintió: el sorteo llegó poco después, con una esquina de pared precisa en la cabeza de Di Lolol.
Las estadísticas confirman lo que se vio: en 32 minutos, la pelota tocó 51 veces, dio 45 pases correctos sobre 51 intentos, proporcionó una ayuda y también recuperó dos bolas. No terminó con el arco, pero sus pases rompieron líneas y generaron las posibilidades más claras, como una que casi termina en la meta de Merentiel después de una buena jugada colectiva.
Aunque el equipo no pudo ganar y la racha sin triunfos, la reestrena de la pared fue la más positiva de la noche. En una boca que busca la identidad y necesita líderes, el volante que surge del club demostró que es el conductor de este nuevo ciclo.