Un brutal asesinato despertó una fuerte conmoción en el asesinato. Rosa Candela Santa María, de 24 años, fue asesinada en las primeras horas del sábado en la ciudad de González Catán de Buenos Aires, cuando supuestamente trabajó como conductora de una solicitud de viaje. La joven, que en unos días iba a cumplir 25 años, recibió un disparo en la cabeza.
Según la parte policial, el incidente ocurrió entre la 1 y las 2 de la mañana en la intersección de las calles Coronel Ramos y La Bastilla, donde los vecinos alertaron a las autoridades después de escuchar las detonaciones de armas. A su llegada, los agentes encontraron un cronos fiduciarios negros estacionados, dentro del cual estaba la víctima en los asientos delanteros, con manchas sanguíneas y sin signos vitales. Una misma ambulancia encontró la muerte en el lugar.
La primera experiencia de la policía científica confirmó que Candela había recibido un impacto en la bala en el área parietal de la cara, con hoyo de entrada y salida. En el vehículo, los investigadores advirtieron que los delincuentes tomaron el teléfono celular de la víctima y una menor suma de dinero, pero abandonaron el automóvil, que había sido recientemente adquirido por la víctima.
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“Candela era una niña sana, trabajó como conductora de aplicaciones e hizo otros trabajos para pagar el automóvil que había sido comprado recientemente”, dijo TN a su primo Fernando. Visiblemente afectado, agregó: “Hicieron la cama y la mataron por dos monedas. No tomaron el automóvil, solo el teléfono celular y algo de plata”. Según el testimonio de los familiares, el sospechoso principal ya sería identificado en el vecindario: un joven “piñón”, con problemas de adicción.
La investigación estuvo a cargo de la unidad fiscal fiscal del homicidio del Departamento Judicial de La Matanza, por el fiscal Carlos Arribas, quien ordenó diferentes medidas para encontrar a los responsables. Paralelamente, la División de Policía Científica trabaja en la recolección de evidencia y el análisis de las cámaras de seguridad en el área.
Ira y dolor. El crimen de Candela causó la indignación de familiares, amigos y vecinos, que desde el sábado por la mañana decidieron cortar la Ruta 3 en el kilómetro 28, en Laferrere. Con pancartas y banderas, reclamaron justicia y denunciaron la falta de seguridad en la zona sur de Buenos Aires. “En La Matanza todo se libera, es un desastre”, dijo su primo frente a los medios de comunicación.
La protesta generó el caos en tránsito y puso la situación de inseguridad en la matanza, uno de los distritos más afectados por crímenes violentos y robo de vehículos en la GBA nuevamente en el centro de la discusión. En medio del dolor y la ira, la solicitud de los manifestantes fue unánime: que el crimen se aclara y que Candela no permanece en la lista de crímenes impunes que golpean el Conurbano diariamente.