Al menos 68 migrantes africanos murieron y más de cien fueron declarados desaparecidos después del naufragio de un bote frente a la costa de Yemen. La Organización Internacional para la Migración (IIM) informó a la agencia France-Presse que el barco tenía alrededor de 150 migrantes, y que solo 12 sobrevivieron.
Los cuerpos de 54 migrantes fueron encontrados en la costa del distrito de Khanfar, y otros 14 fueron recuperados y transferidos a la morgue del hospital en Zinjibar, la capital provincial de Abyan, en la costa sur de Yemen. Según una declaración del Departamento de Seguridad del Gobierno de Abyan, “Las fuerzas de seguridad (…) realizan una gran operación para rescatar a los cuerpos de una gran cantidad de migrantes de nacionalidad etíope (Oromos), muertos ahogados en el mar frente a la costa de la provincia de Abyan cuando intentaron penetrar ilegalmente el territorio yemení”.
El Departamento de Seguridad de Abyan hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para “intervenir con urgencia y tomar medidas para detener el flujo ilegal a través de las aguas territoriales yemeníes, que se convirtió en una creciente amenaza humanitaria y por seguridad”. Al mismo tiempo, destacó “la necesidad de fortalecer la coordinación” entre las autoridades marítimas y “organizaciones migratorias relevantes para evitar que las redes de tráfico ilícitas usen la costa yemení como punto de tránsito de los migrantes”.
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Mientras Yemen está pasando por una guerra civil durante más de una década, el país sigue siendo una ruta principal para los migrantes en el Cuerno de África, especialmente de Etiopía y Somalia, que intentan llegar a los países árabes en busca de trabajo. En muchos casos, corren el riesgo de cruzar el mar en vasos precarios, pero el conflicto y la crisis humanitaria llevaron a varios de ellos a tratar de regresar a África en ausencia de oportunidades.
A bordo de los barcos peligrosos y de sobrecarga, los migrantes son transferidos por los traficantes a través del Mar Rojo o el Golfo de Adén. En la última década, al menos 2.082 personas desaparecieron en esta ruta de inmigración, incluidos 693 que se ahogaron.
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La muerte de dos personas y la desaparición de otros 186 marcó uno de los episodios más trágicos en lo que va del año en la ruta de migración del Cuerno de África. A principios de marzo, cuatro buques precarios naufragaron en las aguas del Golfo de Adén con migrantes que partieron de Somalia hacia Yemen, tratando de escapar de la pobreza, la inestabilidad política y la falta de oportunidades que enfrentan en sus países de origen.
Al menos dos de los barcos se hundieron contra la costa de Yemen, con 181 personas a bordo, además de cinco miembros de la tripulación yemení que también permanecen desaparecidos. Los otros dos buques natearon sobre Yibutí con 90 personas a bordo; La mayoría logró sobrevivir, aunque se encontraron dos cuerpos sin vida, según la Organización Internacional para la Migración (IIM).
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Según la OIM, en 2023 97,200 migrantes llegaron a Yemen, el triple que en 2021. Ahora, muy lejos de 2024, la cifra cayó a menos de 61,000, una reducción que no responde a una mejora en los países de origen, sino al refuerzo de las patrullas marítimas en la región.
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