¿Alguna vez se preguntó por qué algunas personas con obesidad permanecen relativamente saludables, mientras que otras desarrollan afecciones graves como la diabetes y las enfermedades cardíacas? Las diferencias genéticas pueden ser la razón, según un estudio.
Un equipo internacional de investigadores dirigido por la Escuela de Medicina de Icahn en Mount Sinai y la Universidad de Copenhague en Dinamarca analizó datos genéticos de 452,768 personas y descubrieron variantes en 205 regiones del genoma vinculado a una mayor grasa corporal pero mejor salud metabólica.
Utilizando estos descubrimientos, desarrollaron una puntuación de riesgo genético que agrega el impacto de estas variantes. Las personas con puntajes más altos tenían más probabilidades de desarrollar obesidad, pero tenían menos probabilidades de sufrir complicaciones como presión arterial alta, colesterol alto, diabetes o enfermedades cardíacas. Esto se debe, en parte, a la forma en que las células grasas se comportan en diferentes personas.
Es importante destacar que estos efectos genéticos protectores ya eran visibles en los niños. Los niños que llevaban las variantes de protección tenían más probabilidades de desarrollar la obesidad, pero no mostraron los signos de advertencia esperados de enfermedad metabólica, reveló el estudio, publicado en la revista Nature Medicine.
“Nuestro estudio muestra que la obesidad no es una sola condición: está compuesta por diferentes subtipos, cada uno con sus propios riesgos”, dijo Nathalie Chami, instructora de medicina ambiental e inteligencia artificial y salud humana, en la Escuela Icahn.
“Al descubrir estas diferencias genéticas, podemos comenzar a comprender por qué la obesidad conduce a diferentes resultados de salud en diferentes individuos. Esto eventualmente podría cambiar la forma en que predecimos, prevenimos y tratamos la obesidad y sus complicaciones”, agregó Chami.
La investigación también identificó ocho subtipos de obesidad distintos, cada uno vinculado a riesgos de salud únicos.
“Estas ideas podrían ayudar a los médicos a predecir qué pacientes son más vulnerables a las complicaciones e informar nuevos tratamientos que imitan los efectos genéticos protectores encontrados en algunas personas”, dijo el Dr. Chami.
El equipo de investigación advierte que los hallazgos no significan que la obesidad sea inofensiva.
“La mayoría de las personas con obesidad aún enfrentan desafíos de salud, y los factores de estilo de vida como la dieta y el ejercicio siguen siendo críticas para la salud general”, dijo Zhe Wang, profesor asistente de la Universidad de Alabama en Birmingham.
El estudio se realizó en individuos del biobanco del Reino Unido, que comprenden personas de ascendencia europea, y el trabajo futuro se extenderá a poblaciones más diversas. Aprovechó estos datos para realizar una pantalla integral de genoma de múltiples rasgos.
El equipo quería encontrar nuevos genes que afecten la grasa corporal sin estar vinculados a las comorbilidades cardiometabólicas analizando tres adiposidad y ocho rasgos cardiometabólicos, incluidos los lípidos, la glycemic y los rasgos de presión arterial.
“Al revelar nuevas vías biológicas que separan la obesidad de las enfermedades relacionadas, los hallazgos pueden allanar el camino para una atención más personalizada, terapias mejor dirigidas y estrategias de prevención anteriores, incluso desde la infancia”, dijo Ruth Loos, profesora de la Universidad de Copenhague en Dinamarca.
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