La historia comenzó cuando Mike Walsh, asesor de seguridad nacional de Trump, creó un grupo en la red Cigna, un canal de comunicación de acceso público. En este grupo, se discutieron los detalles de un ataque militar contra hutíes en Yemen, como represalias por ataques de navegación marítima.
“Lo que sucedió es que fue invitado a las siete platos principales del gobierno de Trump en el área de política exterior, y por accidente se incluyó un periodista del Atlántico”, dijo Henrik Rebinder, periodista en Los Ángeles.
En el diálogo con el Canal E, el entrevistado comentó que este error aparentemente insignificante desató un escándalo de gran magnitud. En el grupo, se discutieron los detalles delicados sobre las estrategias, las armas y la logística del ataque. Lo más impactante es que cualquiera notó la presencia del periodista en la conversación durante semanas.
Un periodista que presenta la incompetencia del gobierno
El periodista involucrado, Jonathan Goldberg, del Atlántico, se encontró accidentalmente en medio de esta información secreta. “Es difícil entender cómo, si tienes un grupo tan clave, no te das cuenta de quién está participando”, dijo Rehbinder sobre la falta de control. Goldberg, con años de experiencia, decidió no intervenir en la conversación o revelar detalles de inmediato. En cambio, esperó a que los eventos se llevaran a cabo y luego decidió publicitar la información filtrada.
Lo que sorprende muchos es que, a pesar de la revelación pública, el gobierno de Trump, a través de sus representantes, insistió en que no hubo filtraciones de información secreta. “Hoy, en el Congreso, se está discutiendo que hubo revelación de información secreta”, agregó Rehbinder, destacando la contradicción en las versiones oficiales.
Un gobierno abrumado por su propia incompetencia
El hecho de que una red pública como Cigna se haya utilizado para discutir los detalles clasificados de una operación militar en lugar de utilizar sistemas de comunicación más seguros ha evidente la falta de profesionalismo en el gobierno de Trump. “Esto no se hizo en sistemas secretos, que existen, sino en una red pública como señal”, dijo Rehbinder, señalando la situación inusual.
El Secretario de Defensa, Peter Hudson, inicialmente reaccionó descalificando las noticias como “noticias falsas”, incluso después de que se confirmó la filtración. “La administración dice que no hubo problema, que la falla es Biden, pero lo importante es que no había control sobre la información”, dijo el entrevistado, que refleja el caos interno y la falta de coherencia en la respuesta del gobierno.
El papel del periodista en la filtración de la información
Rehbinder también explicó que el comportamiento de Goldberg era el de un profesional prudente. “El periodista no reveló la información de inmediato, como debería ser, porque hay problemas de seguridad nacional en juego”, dijo. Sin embargo, después de que el ataque se hizo público, Goldberg lanzó los detalles del chat, protegiendo los nombres sensibles como un agente de la CIA.
La revelación de esta información resalta los riesgos que enfrentan los periodistas al estar en contacto con datos confidenciales. “Si los rusos, por ejemplo, estuvieran observando los chats de los altos funcionarios estadounidenses, podrían conocer toda la operación”, dijo el periodista.
Finalmente, Rehbinder agregó: “Un error de protocolo de este tipo no puede suceder en un gobierno de los Estados Unidos, la nación más poderosa del mundo”.
