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Día mundial del cáncer de cuero

Recibir un diagnóstico de cáncer de piel genera un fuerte impacto emocional. No es solo una preocupación estética: es una enfermedad oncológica que requiere atención médica especializada. Sin embargo, también es importante saber que, cuando se detecta a tiempo, la mayoría de los casos tienen un pronóstico favorable. En ese contexto, el acceso a información clara y una toma de decisiones rápidas es esencial para avanzar hacia resultados efectivos y mejores.

El cáncer de piel es, de hecho, el tipo de cáncer más frecuente en los humanos. Su incidencia ha aumentado en las últimas décadas, impulsada por una mayor exposición al sol y el cambio en los hábitos al aire libre, a menudo sin una protección adecuada.

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Existen diferentes tipos, con comportamientos y tratamientos muy diferentes: los más comunes son el carcinoma de células basales, el carcinoma escinocelular y el melanoma.

El carcinoma basocelular es el crecimiento más frecuente y, en general, lento. Aunque rara vez produce metástasis, puede causar daño local si no se trata a tiempo. El carcinoma espinocelular tiene un mayor riesgo de diseminación y generalmente aparece en áreas expuestas al sol, especialmente en personas mayores. El melanoma, aunque menos común, es el más agresivo. Se puede desarrollar en cualquier parte del cuerpo y es responsable de la mayoría de las muertes por cáncer de piel.

Cada uno de estos subtipos requiere un enfoque médico específico, por lo que es muy importante ir al dermatólogo antes de cualquier cambio en la piel y realizar controles periódicos.

Un diagnóstico de cáncer de piel no solo implica comenzar el tratamiento médico. También requiere un cambio profundo en la forma de comprender el cuidado personal: incorporar la prevención como parte central de la bienvenida a largo plazo. En este sentido, la piel debe dejar de verse solo como una barrera externa y comenzar a considerarse un órgano activo, sensible y vulnerable.

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La piel tiene sus propios sistemas de defensa, mecanismos de reparación de ADN y control celular que actúan para evitar la aparición de tumores. Sin embargo, estas funciones solo pueden implementarse efectivamente si la exposición al agente que causa el daño se reduce o elimina. En el caso del cáncer de piel no del melanoma, esa NOXA principal es la radiación ultravioleta del sol.

Por lo tanto, después de recibir un diagnóstico, comienza otro proceso igualmente importante: adoptar una rutina de fotoprotección activa y sostenida. No se trata solo de evitar la recurrencia, que ha tenido un cáncer de piel tiene un 20% más de probabilidades de desarrollar otro, sino también para proporcionar a la piel el entorno necesario para reparar el daño acumulado. Los datos son elocuentes: el 80% de los tumores se encuentran en la cara, precisamente porque son el área más expuesta durante todo el año. Protegerlo, entonces, es una prioridad.

Día del cáncer de cuero

La prevención se construye día a día. Algunas claves fundamentales:

Educación fotográfica: Comprenda que el daño solar es acumulativo, comienza en la infancia y que no hay bronceado saludable. Fotoprotección diaria: incorpore el uso habitual del protector solar, junto con ropa, sombreros y vasos adecuados con filtro UV. Antioxidantes tópicos y orales: aliados para combatir el estrés oxidativo inducido por radiación. Controles dermatológicos periódicos: cada 3 a 6 meses, dependiendo del tipo de lesión o historial personal.

Duerme bien, tenga una dieta equilibrada, reduzca el estrés y mantenga la actividad física regular también fortalece la inmunidad de la piel

Pero el cuidado de la piel no se limita a lo externo. Dormir bien, tener una dieta equilibrada, reducir el estrés y mantener la actividad física regular también fortalece la inmunidad de la piel y el equilibrio del organismo en general.

Dentro del marco del Día Mundial del Cáncer de piel, es necesario renovar el compromiso colectivo con la prevención, la detección temprana y la atención continua. La detección temprana salva vidas, pero es la conciencia diaria la que realmente marca la diferencia.

* (Mn ° 116.628). Médico, dermatólogo especializado en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs. Fundador del Centro Médico Skin

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