Una compañía israelí está revolucionando la gestión del agua en América Latina al detectar fugas invisibles del espacio y evitar pérdidas millonarias.
Para hablar sobre este tema, Channel E se comunicó con el periodista, Enrique Hernández, quien comentó que “la compañía Asterra ayudó a la detección de 11,000 filtraciones en la ciudad de Buenos Aires”. Estas pérdidas, invisibles a simple vista, representan un desperdicio considerable de recursos.
Gracias a esta detección, “se evitó la perforación de al menos 30 pozos”, lo que se traduce en un ahorro estimado de “aproximadamente 30 millones de dólares”, considerando que cada pozo cuesta entre uno y 1.5 millones.
Cómo funciona el sistema satelital
Asterra usa un satélite con tecnología de banda L, que actúa como un escáner subterráneo. “Este satélite encuentra prácticamente la tubería o áreas donde hay una alta humedad”, dijo Hernández, permitiendo fugas que no generan brotes visibles ni alteran el asfalto.
“Muchas de estas fugas pierden al menos 9,000 metros cúbicos de agua al año”, dijo, una cantidad significativa si se consideran imperceptibles a los métodos tradicionales.
América Latina: entre sequía y desperdicio
El problema de las filtraciones no es exclusivo de Argentina. “En América Latina, entre el 45% y el 50% del agua se pierde antes de llegar al consumidor”, dijo Hernández. Cities como San Pablo, Río de Janeiro, Bogotá, Lima y diferentes áreas de México ya se han unido al uso de esta tecnología.
En Monterrey, por ejemplo, “había una sequía tan grave que 5 o 6 millones de personas vivían con acceso limitado al agua”, y se invirtieron alrededor de “mil millones de dólares en un nuevo sistema”. Asterra representa una alternativa mucho más barata y más eficiente.
El desafío de reparar con recursos estatales
Una vez que se han detectado las fugas, el siguiente paso es actuar. “Les damos un mapa con inteligencia artificial que se superpone al del sistema de agua”, dijo Hernández. Por lo tanto, los técnicos pueden ir directamente al punto exacto para reparar la pérdida.
El proceso es más preciso que el uso de gas de helio o dispositivos acústicos, y “permite asignar una ciudad completa” con imágenes satelitales, algo imposible con drones o métodos manuales.
México: pozos profundos y agua de metal
En muchas áreas de México, el agua ya no está disponible a profundidad poco profunda. “Hoy se habla de que el agua es de más de 200 metros”, dijo Hernández, fuerza las costosas perforaciones y el análisis complejo.
Además, en lugares como la Ciudad de México, que se basa en un antiguo lago, “la extracción ha producido sumideros” incluso en infraestructura clave como el aeropuerto.
Alternativas de Costa: desalinización y transferencias
El país explora otras soluciones. “Hay hoteles que ya describen el agua de mar, y se planean plantas más grandes en Baja California y el Golfo de México”, dijo Hernández. Sin embargo, estas opciones enfrentan desafíos geográficos: “Traer agua del Golfo a Monterrey implica cruzar montañas y viajar más de 200 kilómetros”, lo que aumenta aún más los proyectos.
Optimizar lo que ya tienes
Asterra propone un enfoque más accesible. “La recomendación es reducir el agua que se pierde, lo que en algunos casos es la mitad de lo que se transporta”, dijo Hernández. A diferencia de las megainversiones en nuevas obras, esta solución permite actuar sobre lo que ya existe.
“Se trata de evitar fugas y ahorrar sin tener que invertir en sistemas de bombeo nuevos o costosos”, concluyó. En un contexto de la crisis global del agua, la eficiencia puede marcar la diferencia entre el suministro y la escasez.









