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Los grandes nombres del cine argentino que ahora alimentan el negocio de Netflix

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La producción cinematográfica argentina está pasando por una aguda crisis. “InBeoportuna” sería otra forma de calificarlo, demasiado redundante. Pero, al ser una crisis autoinfligida, nos enfrentamos a una crisis que fue muy mal en generar este año. Porque el cine argentino se había convertido en una referencia internacional, con una presencia activa en todos los festivales del mundo. La cosecha de premios fijamente, su ausencia en Cannes, por ejemplo, fue una razón para la mención del presidente de la celebración de Croisette, Thierry Frémaux.

Dada la falta de su propio financiamiento, es una posibilidad que ingresen otros actores en juego. Y aunque la modalidad de las inversiones que no son de origen público siempre es una variante y, en muchos casos, se espera que ahora todas las producciones locales sean, efectivamente privadas. Netflix consolida su presencia en Argentina mientras se adapta a un mercado en transformación. Netflix encontró aquí una cantera de talento probada para desarrollar contenido con proyección internacional. Desde la llegada de la plataforma al país, con sus propias oficinas en 2019, se firmaron acuerdos con productores, directores y actores clave del cine nacional. En el centro de esa estrategia se encuentran nombres como Juan José Campanella, Ricardo Darín, Santiago Miter, Daniel Burman y Pablo Trapero. Todo con experiencia consolidada, premios internacionales y capacidad para atraer al público local y global.

El caso más reciente y paradigmático es el de nuestro hogar, una miniserie basada en un best-seller del espiritismo brasileño producido por Campanella, dirige a Miter y las estrellas Darín. El proyecto reúne tres nombres que ya han hecho historia en los Oscar y ahora apostadas por una ficción con vuelo comercial y resonancia internacional. La adaptación de la novela de Chico Xavier, que ya tenía una versión cinematográfica en Brasil, también representa una alianza regional con Brasil, otra de los focos estratégicos de Netflix en América Latina.

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En paralelo, Netflix desarrolla una película con el actor Joaquín Furriel y otra comedia romántica con Delfina Chaves, que tiene como objetivo conquistar al joven público. Además, una nueva serie protagonizada por Guillermo Francella y una serie documental con la voz de Cecilia Roth. En todos los casos, hay un denominador común: caras y empresas reconocidas.

Daniel Burman, uno de los pilares del nuevo cine argentino, tiene un papel clave en el desarrollo del contenido para Netflix. Desde su oficina productora, Burman, asociada con el multinacional MediaPro, lleva a cabo proyectos como The Kingdom, la serie que protagonizó Diego Peretti y Chino Darín, y que tuvo un alto impacto en el público argentino. Su experiencia como productor y su habilidad para leer el clima social hacen de Burman una pieza clave en la estrategia local.

Pablo Trapero, galardonado en Venecia y San Sebastián, también participa en las tablas de desarrollo de proyectos y su nombre aparece asociado con ficciones futuras que Netflix evalúa para 2025. Lo mismo sucede con Lucía Puecon, Ana Katz, Bruno Stagnaro y Mariano Llinás. Juntos, constituyen una especie de “equipo de ensueño” del audiovisual argentino que ahora funciona bajo la lógica industrial, pero sin renunciar a la identidad del autor.

Netflix tiene una razón específica para esta apuesta. En un mercado fragmentado y de retroceso como el argentino, con una fuerte caída en la asistencia del cine y una industria que depende de IncaA, la plataforma encuentra una oportunidad para posicionarse como el nuevo centro de producción. Ese fue el caso de El Eternalauta, que excedió todas las expectativas de la plataforma de la regulación local de Colorada N. todavía no requiere cuotas de contenido nacional, pero la presión del sector y el ejemplo europeo anticipan posibles cambios.

Avanzar a esa demanda también es parte de la estrategia.

Desde 2021, el crecimiento de las producciones argentinas originales en Netflix se mantiene. Títulos como casi felices, el éxtasis del oro, la división Palermo o el amor después del amor muestran una mezcla de géneros y estilos, con un fuerte ancla local, pero diseñado para el algoritmo global. Netflix busca que el contenido funcione tanto en Argentina como en México, España como en los Estados Unidos. Y para eso, los nombres conocidos ayudan. El acuerdo con Campanella para nuestra casa representa un salto cualitativo. La novela original es un éxito de ventas en Brasil, con millones de copias vendidas.

La adaptación que Netflix planea producir en Argentina se filmará en inglés y portugués, diseñada para una audiencia amplia. La presencia de Darín garantiza el interés de los medios, mientras que Miter trae su mirada narrativa refinada. El proyecto se encuentra actualmente en la etapa de desarrollo y se espera que comience a filmarse en 2025.

Esta modalidad de producción mixta, con el autor, pero el control corporativo, es parte de un nuevo paradigma para el audiovisual argentino. Los directores, acostumbrados a trabajar de forma independiente, ahora deben adaptarse a modelos más similares a la televisión: tiempos cortos, estructuras de guiones estándar, monitoreo de datos de audiencia.

Sin embargo, muchos encuentran en las plataformas la posibilidad de mantener su actividad frente a la crisis del cine tradicional.