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El gobierno reducirá los subsidios a 150 mil usuarios del régimen de la zona fría

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El gobierno reducirá los subsidios energéticos del régimen de la zona fría, que otorgan tasas de gas diferenciales en la Patagonia. La decisión se tomó como resultado de las inconsistencias a más de 150 mil beneficiarios, a los que el subsidio se reducirá del 50% al 30%. En ese sentido, se descubrieron más de 370,000 cuentas registradas en nombre de estas personas, una discrepancia que, para las autoridades, las excluye de la categoría de “población vulnerable”.

Este anuncio se suma a la reciente exclusión del régimen de subsidios energéticos de aproximadamente 15,500 usuarios de Puerto Madero y áreas residenciales de alto poder adquisitivo, como el país, vecindarios cerrados y clubes de campo. De ese total, el 44% había sido autodemonstruido como perteneciente a sectores de bajos ingresos y 56% como ingreso promedio. Juntas, las medidas representan ahorros fiscales, según el Ministerio de Economía, que excede los 3.000 millones de pesos.

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El régimen de la Zona Cold fue creada en 2002 por la Ley No. 25,565, con el objetivo de subsidiar gas en las regiones de Patagonia, Puna y Malargüe (Mendoza), a través de un descuento del 50% en la tarifa completa. En 2021, la Ley No. 27,637 extendió su cobertura a 231 departamentos del país, beneficiando a más de 4.3 millones de personas y extendiendo su validez hasta el 31 de diciembre de 2031. Los usuarios se clasificaron en dos: genéricos que reciben un subsidio del 30% y aquellos en una situación de vulnerabilidad, con 50%.

La decisión de revisar este esquema de subsidio es parte de una política de reestructuración fiscal y ajuste fiscal más amplia promovida por el Ministerio de Energía, por María Tettamanti. En este sentido, el oficial se extendió hasta el 31 de mayo Decreto 465 de 2023, lo que permite cambios en los regímenes de energía con el objetivo de “transferir a los usuarios costos reales de energía, promover la eficiencia energética y asegurar a los usuarios residenciales vulnerables acceso al consumo indispensable de energía”.

El financiamiento del régimen de la zona fría no depende del tesoro nacional, sino que se resuelve con un recargo aplicado al precio del gas que todos los usuarios pagan (residenciales, comerciales e industriales).

En este contexto, un informe conjunto de CONICET y la Universidad de Buenos airen las tarifas y los subsidios reveló que, con los nuevos bonos otorgados a los segmentos N2 y N3, los usuarios residenciales pagan, en promedio, el 50% del costo de suministro de gas, mientras que el estado cubre la mitad restante. Si bien estos datos son representativos a nivel nacional y no reflejan específicamente lo que sucede en las áreas frías, permiten dimensionar el peso del gasto estatal en esta área.

El mismo estudio indicó que, durante mayo, la canasta de servicios públicos aumentó en un 16,8% debido a los ajustes arancelarios y al consumo estacional más alto de gas y electricidad. En términos interanuales, esa canasta subió 45%, en línea con la inflación minorista. Pero desde diciembre de 2023 hasta mayo de 2024, el aumento acumulado fue del 500%, muy por encima del 149% que marcó la inflación general.

Esta desafinación refleja el impacto que tuvo la eliminación progresiva de los subsidios en los hogares, una estrategia que también resultó en una reducción real del 68% en el gasto estatal asignado a energía (una caída del 77% en esta área) y el transporte (35%). Además de esto, en mayo las tasas aumentaron 3.7% (3% por carga fija y 0.7% por variable), lo que se mejora en las facturas debido al aumento en las cantidades consumidas a medida que las temperaturas más bajas y las horas de luz natural se reducen.

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Desde el gobierno señalan una transición a un consumo más responsable, evitando los “desechos” de energía. Durante su desempeño en el sector privado, Tettamanti citó repetidamente los estudios del físico Salvador Gil, experto en eficiencia energética y profesor de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), quien advirtió sobre el uso ineficiente de gas en el gas en el doble de la reproducción del país argentino al sur del río Colorado, que recibió subsidios a gas que excede más que el doble de la reproducción del país “al sur del sur del sur del río, que reciben subsidios a gas que exceden más que el doble de la reproducción del país” al sur del sur del sur del río, “recibió subsidios a gas que exceden más que el doble de la reproducción del país” al sur del sur del sur del río, “que reciben subsidios a gas que exceden más que el doble de la reproducción del país” al sur del sur del sur del río, “, que reciben subsidios a gas que exceden más que el doble de la reproducción del país” al sur del sur del sur del río, “.

Según sus investigaciones, a condiciones climáticas similares, medidas por el indicador “Día de grado de déficit” (síntesis del rigor del frío y su extensión durante todo el año), los hogares de diferentes partes del país consumieron muchos más de gas M3 que sus parejas de ciudades europeas de clima comparable. Para GIL, esa diferencia no es tanto para la calidad de las casas y al precio subsidiado del recurso: “Los subsidios generalizados promueven el consumo y desalientan la eficiencia o alternativas renovables”, dice el estudio.

Preguntada por Infobae, el especialista dijo: “A principios de 2024, los usuarios del sur (que representan el 9% del total nacional) consumen el 29% del gas del país. Las condiciones climáticas solo explicarían el 18% del consumo total, no del 29%”. En este sentido, atribuyó esa desafinación a “un uso no eficiente, promovido por subsidios”.

La ruptura con el modelo de kirchnerismo

La reorientación del esquema actual representa una ruptura con el modelo aplicado durante los gobiernos de Kirchner. Aunque en 2007 el entonces presidenta Cristina Kirchner emitió Decreto 140 que declaró “de interés y prioridad nacional el uso racional y eficiente de la energía”, las políticas implementadas más tarde estaban en la dirección opuesta. Entre 2008 y 2022, Argentina asignó el equivalente de 200,000 millones de dólares a los subsidios de energía y transporte, además de fuertes sumas a la importación de gas y electricidad de países como Bolivia, Brasil, Qatar y Argelia.

El ex presidente, en un discurso de 2013 en Río Gallegos, celebró el alto nivel de consumo de energía local: “¿Sabes cuántos barriles por cabeza, por la cabeza argentina consumimos en Argentina?” Preguntó y respondió: “2.53 barriles anuales de petróleo. ¿Sabes cuánto consume Brasil, per cápita? 0.59; Chile, 0.89; y Uruguay, 0.92”. Luego concluyó: “Consumimos un 329% más que Brasil, 184% más que Chile y 174% más que Uruguay”.

El entonces presidente comparó el consumo de energía de Argentina con el de Brasil (un país con un PBI per cápita más bajo, pero con una estructura industrial mucho más desarrollada), con la de Chile (que tiene un ingreso similar por habitante y condiciones climáticas comparables debido a la larga frontera compartida) y con la de Uruguay de Uruguay, que ya había implementado una política de precios de energía orientada a la ahorro y la inversión y la inversión más renovada de la energía de la renovación de la renovación de la renovación de la renovación.

MB/EM